Elsa Punset
Elsa Punset - ERNESTO AGUDO

Elsa Punset: «Las emociones se pueden entrenar al igual que la inteligencia racional»

La filósofa y escritora española ofrece en su nuevo libro «El libro de las pequeñas revoluciones» 250 herraminentas para cambiar malos hábitos emocionales

SEVILLA Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Elsa Punset es una filósofa y escritora española especializada en inteligencia emocional. En su nuevo libro «El libro de las pequeñas revoluciones», publicado en marzo de 2016, propone rutinas para hacer cambios o avanzar en situaciones de la vida. Una especie de libro de actividades que ayuda al lector a conocerse a sí mismo y conseguir pequeños objetivos en su día a día.

El yoga me atrae, precisamente para nuestra sociedad porque es un verdadero antídoto, muy práctico y muy sencillo de aplicar, a lo que es una enfermedad de nuestra sociedad, que es el estrés. El exceso de estímulos que hace que desarrollemos el hábito de estar pendientes del a ver que viene ahora y esto tiene un impacto físico en el cuerpo.

Y el yoga creo que lo equilibra.

El ser humano tiene esta mente muy desarrollada que mira hacia adelante y hacia atrás y es un gran reto para los adultos en estas sociedades occidentales tan estresadas el aprender a vivir más en el presente, el no castigar a tu cuerpo con la preocupación y el recuerdo constante, además de sesgo negativo. Así que yo creo que sino es el yoga, es lo que cada uno encuentre, ya sea pintar, caminar, meditar, colorear...

Hay 250 rutinas en el libro, que es mucho, podrían ser muchísimas más, porque precisamente todo el mundo no quiere lo mismo y cada cual abre el libro por donde quiere y lo hace suyo, y elige lo que le va bien a uno.

Hace referencia al pesimismo defensivo, ¿cree que el pesimismo es una palabra tabú en la sociedad actual?

Tenemos tendencia a etiquetar las emociones en negativas y positivas, en buenas o malas. Y en realidad las emociones yo creo que son útiles o perjudiciales. La tristeza, el miedo y la ira no son emociones agradables, pero cada emoción tiene un mensaje, por ejemplo, la ira puede ser el germen de la justicia social además de ser una emoción que te puede arruinar la vida. El miedo es tu señal de alarma para sobrevivir, pero de nuevo, si no lo gestionas y dejas que invada tu vida tendrás miedo a todo, te limitarás, dejarás de hacer mil cosas. Y la tristeza es una invitación a mirar hacia dentro, pero si miras tanto hacia adentro, si no eres capaz de cambiar tu vida y te atascas en la tristeza pues puedes entrar en depresión. Tendemos a pensar, «como estas emociones tienen estos peligros pues eliminemoslas de nuestra vida», pero es absurdo, necesitamos todas las emociones en un mensaje y necesitamos todo este sistema emocional, para ayudarnos a mejorar, a aprender, a cambiar, a defender.

Luego está la alegría que es la emoción que todos buscamos y tendemos a confundirla con placer, porque es la forma fácil de conseguir alegría, pero es mucho más que el placer. Así que el mundo de las emociones es muy amplio, es muy interesante bucear en él, no se puede renunciar a ninguna emoción, pero sí se puede aprender a gestionarlas

¿Es la sociedad o uno mismo el mayor enemigo de una persona?

Por una parte somos una especie tremendamente social, y el amor de los demás es el factor más importante para saber como va a ser la salud de una persona. En los estudios más largos que tenemos, tu ves que a los 50 años por encima del colesterol, está la calidad de las relaciones humanas que tienes es lo que determina como vas a estar físicamente y mentalmente a los ochenta años. Es decir somos una especie muy social, necesitamos a los demás pero somos capaces de hacer mucho bien y mucho mal, y hay que educar a este complejo ser humano, es una tarea urgente.

Su libro se centra en un trabajo personal, de trabajo de uno mismo y para uno mismo o de uno mismo hacia su entorno ¿cree usted que cada cual es absolutamente responsable de lo que pasa en su vida?

No, no, por supuesto que no, pero, como decía Huxley «Solo hay un rincón del universo que sabes que puedes cambiar, y ese eres tú». Claro que puedo intentar cambiar la sociedad que me rodea, es importante ser ciudadanos activos que no deleguemos nuestras responsabilidades en los demás. Este pretende dar herramientas para que la persona esté bien consigo misma y cambie este pequeño rincón del universo para que pueda salir con más fuerza al exterior y darle algo de valor al exterior.

En «El libro de las pequeñas revoluciones» propone una serie de rutinas para desarmar la soledad, ¿cree que existe un miedo excesivo a la soledad en esta sociedad?

Creo que no es excesivo, en el sentido de que puedes estar solo porque quieres estarlo, pero la soledad entendida como yo quisiera tener más gente en mi vida pero no, esa sabemos que llega a matar a la gente. Cada vez la gente se siente más sola, tiene menos relaciones que le dan esta intimidad y esta solidez emocional y es un problema para su salud física y mental. Por lo que creo que tenemos empezar a articular la sociedad de tal manera que la gente no tenga porqué sentirse sola. En un mundo «superpoblado» es absurdo que haya gente que se sienta sola, algo hacemos mal.

¿Cree los móviles y las redes sociales en la relaciones personales?

La tecnología realmente es un instrumento y lo puedes utilizar bien o mal, te puede servir para quedar para jugar al fútbol con tus amigo o para encerrarte en casa y no ver a nadie. Lo que sabemos es que el ser humano necesita contacto físico, abrazarnos, mirarnos a los ojos. Es parte de nuestra humanidad no la va a reemplazar la tecnología.

Para usted, ¿cada cambio que realiza un ser humano es un revolución?

Empezar a relacionarte de una manera distinta, empezar a tratar de una manera diferente, para ti es una pequeña revolución. Me gusta esa paradoja, es un cambio profundo pero no haces daño a nadie con él y consigues un avance.

Ver los comentarios