LIBROS

Los mejores libros en español de 2020

Los libros han sido uno de los grandes refugios en este 2020 pandémico. Nada mejor que un ensayo que es una declaración de amor a estos objetos de culto para liderar una lista con títulos extraordinarios en nuestro idioma

VV. AA.

1

Irene Vallejo GUILLERMO NAVARRO

1. «El infinito en un junco», de Irene Vallejo

El infinito cabe en ese junco que es el papiro, receptor material, junto con el pergamino y el papel, de los libros que en el mundo han sido, sean rollos («volumina») o libros tal y como los conocemos hoy («codices»), que albergan toda la belleza y toda la sabiduría que somos capaces de concebir los seres humanos. La autora de este brillantísimo ensayo, Irene Vallejo (Zaragoza, 1979), es doble doctora en Filología Clásica, y su condición de filóloga refuerza su otra condición, la de escritora, en lugar de anularla o rebajarla (como tantas veces ocurre).

Así arrancaba Luis Alberto de Cuenca su crítica (que recuperamos aquí) de El infinito en un junco (Siruela) en ABC Cultural hace algo más de un año. Las credenciales que presenta hoy son sorprendentes: veintiséis ediciones y 150.000 copias vendidas de una obra que llega al corazón del lector.

Se puede ser un filólogo magistral, como lo fue don Ramón Menéndez Pidal , y al mismo tiempo ser alguien capaz de escribir como los ángeles. Irene Vallejo riza el rizo de la comunicación filológica hasta convertir su diálogo con el lector en una fiesta literaria . Muy pocos narradores podrían hoy, en este final de la segunda década del siglo XXI, competir, por ejemplo, con Irene a la hora de contar, en el prólogo de su libro (páginas 15-16), cómo cruzan el mundo, a caballo, los enviados de Ptolomeo II en busca de piezas bibliográficas para inundar de libros la Biblioteca de Alejandría, que luego se convertiría en la Biblioteca de Babel soñada por Borges.

Magias narrativas

El vigor de la prosa de Vallejo a la hora de narrar esa «quête» libresca , ordenada por los nuevos faraones macedonios de Egipto, es insuperable. Como lo es también el resto de un libro que ha supuesto para mí el descubrimiento de una autora que no conocía y cuya escritura me ha deslumbrado. Y lo ha hecho así porque atesora magias narrativas de las que no se encuentran ni siquiera en la biblioteca de la Hogwarts School of Witchcraft and Wizardry de Harry Potter.

Se diría que Irene Vallejo ha oficiado de chamán en alguna tribu olvidada, y que ha vuelto a la civilización con las alforjas llenas de historias que narrar, desplegadas por ella con un entusiasmo creador difícilmente superable. Y luego está la pasmosa conjunción de las lecturas grecolatinas con las de otros autores que han conformado la educación sentimental de Irene, como el mencionado Borges, Walt Disney, Goethe, Tolkien, Jack London, Pérez-Reverte, Antonio Machado y una larguísima serie de escritores familiares a nuestra autora desde la niñez, una infancia marcada por la adicción a la literatura . Muchas veces tengo que protestar airadamente cuando nos reprochan a helenistas y latinistas que solo veamos el mundo a través del catalejo de lo clásico.

Animales que fabulan

Mis protestas se ven ahora claramente sustanciadas y argumentadas a partir de libros como este de la doble doctora Irene Vallejo, quien, aun sintiendo un irresistible apego hacia el universo grecorromano, no se limita a glosar sus excelencias, sino que apela a las lecturas procedentes de otros ámbitos culturales, sin rehuir en ningún momento la evocación de la mejor literatura popular , esa que he defendido siempre, pues la considero perfectamente compatible con la llamada «gran» literatura.

Así que, por nuestro querido Calímaco y por el suicida Cleómbroto que aparece en sus epigramas, por la Comunidad del Anillo , por las criaturas innombrables del maestro Lovecraft , por la isla del tesoro que hizo inmortal a Jim Hawkins y a su amigo Long John Silver , no tengo más opción que rendirme ante un libro tan radicalmente hermoso como El infinito en un junco , en cuya página 401 puede, y debe, leerse lo siguiente: «Somos los únicos animales que fabulan, que ahuyentan la oscuridad con cuentos, que gracias a los relatos aprenden a convivir con el caos, que avivan los rescoldos de las hogueras con el aire de sus palabras, que recorren largas distancias para llevar sus historias a los extraños . Y cuando compartimos los mismos relatos, dejamos de ser extraños». Que así sea.

2

Arturo Pérez-Reverte ISABEL PERMUY

2. «Línea de fuego», de Arturo Pérez-Reverte

La maestría literaria, y responsabilidad para con su obra, de Arturo Pérez-Reverte va creciendo con los años. También va en aumento el sentido humano de su mirada hacia la Historia de España. Así empezaba José María Pozuelo Yvancos su reseña de Línea de fuego (Alfaguara) en este suplemento. Pérez-Reverte desmontó en su novela anterior, Sidi , el gran mito originario de una épica ideológica, para sustituirlo por la historia posible de un capitán de soldados preocupado por la paga de su tropa. Ahora camina en la misma dirección, pero afrontando el que quizá sea el gran tema de nuestro tiempo (no solo literario): la guerra que enfrentó en 1936-1939 a unos españoles contra otros , cuyas cenizas todavía brasean la vida española.

La gran diferencia entre Línea de fuego y otras narraciones sobre el tema que la precedieron quizá se geste en esa gran joya titulada Un día de cólera que no estuvo dedicada a la Guerra de la Independencia, sino a la lucha contra los franceses que durante dieciocho horas del 2 de Mayo de 1808 libraron gentes no conocidas (reales) del pueblo madrileño. Aquí, como entonces, reduce el foco: no es la Guerra Civil, sino los soldados que en ella batallaron; es decir, estamos ante una novela sobre trincheras y calles concretas, de vida y destino concretos . El tema son las refriegas en un lugar reducido entre Mequinenza y Fayón, en un imaginario pueblecito denominado Castellets del Segre. Apenas diez días desde el comienzo de los tiros hasta la derrota de los dos escuadrones republicanos.

Mirada de reportero

De manera que hay una poética de abandono de los grandes frisos guerreros a lo Guerra y paz , y se adopta más bien el modo ensayado por las magistrales paginas iniciales de La Cartuja de Parma . Ha querido el azar que coincida Línea de fuego con la publicación de la versión no censurada de Stalingrado , libro en el que Grossman adopta esa mirada a ras de trinchera de la batalla que definió el destino de Europa.

Porque además de novelistas fueron periodistas. Pérez-Reverte cubrió guerras civiles en África, Centroamérica y Europa, y esa mirada del reportero tiñe esta novela de razón estilística diferenciada . Al haber elegido el registro en presente de una voz innominada, como si fuese testigo o cámara, permite que el lector vea sucederse las cosas como si estuvieran ocurriendo en ese momento y lugar. Los juicios son de los personajes: se deja que sean ellos los que expresen desengaños, ilusiones, fatigas y miedos. El horror y la piedad, la sinrazón y el heroísmo no son ideas, son vida y cuerpos.

3

Miqui Otero INÉS BAUCELLS

3. «Simón», de Miqui Otero

Para la escritora y crítica literaria Laura Ferrero , las novelas de Miqui Otero (Barcelona, 1980) están llenas de luz. Años después de haberlas terminado siguen con nosotros. Digno heredero de Marsé, Mendoza o Casavell a, pero también de la música pop, Otero nos cuenta en Simón (Blackie Books) la historia del personaje que da título a la novela, pero también la de su familia, gallegos que se instalan en Barcelona y abren un bar, el Baraja, «un teatro a escala del mundo», y es a través de las historias costumbristas como se cuela en la narración, que se ensancha hasta convertirse en una suerte de novela total, la vida del barrio.

Es la historia de una vida corriente , pero a la vez la crónica de una época y un lugar, la de la Barcelona Olímpica hasta llegar a la ciudad de hoy . Simón comparte los primeros ocho años de vida con su primo mayor, Rico, un ser increíblemente carismático, su héroe de infancia, que lo introduce en el mundo de los libros y le lee historias de aventuras. Pero un día Rico se va. Desaparece, como en un truco de magia. Se marcha pero le deja, sin embargo, sus libros, subrayados, como si fueran esas palabras marcadas la «x» donde se encuentra el tesoro. De manera que Simón es también una oda de amor a los libros, un recordatorio de que quien lee vive muchas vidas.

Recuerdo y renuncias

Acompañamos a ese niño que crece conforme crece su ciudad, y asciende socialmente -o lo intenta- y en ese ascenso debe escoger también sus propias renuncias, sin soltar jamás ese recuerdo que lo acompaña, Rico, cuyo destino se irá desvelando a lo largo de las páginas. Novela de novelas, Simón es un caleidoscopio de tramas que confluyen en este personaje protagonista del que es difícil no enamorarse. Las primeras líneas de la novela son ya premonitorias: «Cuando todo esto termine vas a llorar» , y es algo que termina cumpliéndose.

4

Leonardo Padura EFE

4. «Como polvo en el viento», de Leonardo Padura

Desaparecido Guillermo Cabrera Infante , es Leonardo Padura quien esta llevando a la cima la literatura cubana, con una obra en la que el exilio y sus rupturas cobran el mismo protagonismo que socialmente tienen, pues son tantos los que tuvieron que marcharse, por persecución política o por falta de lo más elemental, que escribir sobre Cuba no puede hacerse sin tener esa quiebra que alcanza ya toda la vida de tantos. Hay en Como polvo en el viento (Tusquets), que Pozuelo Yvancos considera una obra maestra, un friso que mira y denuncia la gran pregunta que todos sus protagonistas se hacen: ¿cómo hemos llegado a esto?

Todos forman una red familiar y de amistad , pues cuando jóvenes esta docena de amigos se unieron en lo que ellos llamaban el Clan. Todos excepto dos han abandonado la isla, huyendo por miedo o por dejar una miseria que la novela prescinde de convertir en simple denuncia política.

Mecanismo narrativo

Esta es la novela del exilio vivido como sentimiento y como dolor. Funciona como un gran mecanismo narrativo que partiendo del final, a modo de quête, va hacia el origen. Persigue la suerte que ha ido teniendo cada uno de los amigos . Casi todos pertenecen a la clase ilustrada y universitaria, si bien su precariedad es creciente y llega a ser escandalosa. La trama se va enriqueciendo por un hecho trágico que desencadena la huida de Elisa de la isla y su cambio de identidad. Padura mantiene la atención del lector, pues solo al final sabremos cómo se produjeron unos hechos que han dado con cada uno de ellos en un sitio distinto.

Desde un rancho en la costa noroeste de Estados Unidos, hasta Miami, Barcelona, Madrid, todos lugares donde van a parar las vidas de quienes ni pueden ni quieren olvidar. Porque esa es la gran condición de la novela: el olvido no es posible, su historia les une , y hace que el lector participe de ella con apasionado entusiasmo, porque Padura escribe como los grandes, es un grande, nada maniqueo además, ofreciendo las contradicciones de las vidas en tonos que no dirimen su posición en blanco y negro, sino ese gris que se parece al polvo del viento que les ha hecho envejecer fuera de la isla.

5

Elena Medel MAYA BALANYA

5. «Las maravillas», de Elena Medel

El quinto puesto de la encuesta está compartido por cinco títulos de géneros dispares: novela, ensayo, biografía y crónica periodística. Destaca Las maravillas (Anagrama), con el que la escritora cordobesa Elena Medel se estrena como novelista. A través de la historia de dos mujeres que, cada una a su manera, buscan su lugar en el mundo, unidas por el peso de un pasado que las lastra, la obra es una profunda reflexión sobre género y clase , pero también hay un retrato de la Transición, de la manifestación del 8M de 2018, de los primeros movimientos asociativos, del poder de la comunidad, de las siempre complejas relaciones familiares, de la red de cuidados o de las diferentes formas en que las protagonistas y sus parejas entienden los afectos.

Los otros libros son Vestigios (Crítica), de Santiago Muñoz Machado , en el que el director de la RAE describe episodios poco conocidos de la historia de España; Un amor (Anagrama), ambiciosa e intensa novela de Sara Mesa ; Memorias de luz y niebla (Galaxia Gutenberg), de Gregorio Marañón Bertrán de Lis , y la Obra Completa , de Chaves Nogales , en edición de Libros del Asteroide.

6

Así fueron las votaciones

Andrés Amorós:

1. Obra completa . Manuel Chaves Nogales.

2. La vuelta del comunismo . Federico Jiménez Losantos.

3. El infinito en un junco . Irene Vallejo.

Carmen R. Santos:

1. Línea de fuego . Arturo Pérez-Reverte.

2. Memorias de luz y niebla . Gregorio Marañón B. de Lis.

3. Obra completa . Manuel Chaves Nogales.

César Antonio Molina:

1. Quijote Welles . A. S. Vidal.

2. Humanismo cosmopolita . R. Argullol y M. Monmany.

3. Virtudes (y misterios) . Xesús Fraga.

César Cervera:

1. El infinito en un junco . Irene Vallejo.

2. Una violencia indómita: El siglo XX europeo . Julián Casanova.

3. Cabeza de Vaca . A. P. Henares.

Diego Doncel:

1. Para el tiempo que reste . César Antonio Molina.

2. Arquitectura oblicua . J. Siles.

3. En los prados sembrados de ojos . Antonio Colinas.

Eva Cosculluela:

1. Fin de temporada . Ignacio Martínez de Pisón.

2. Las maravillas . Elena Medel.

3. Amor intempestivo . R. Reig.

Federico Marín Bellón:

1. El infinito en un junco . Irene Vallejo.

2. Nieve Negra . Jorge Benítez.

3. El peón . Paco Cerdá

Fernando R. Lafuente:

1. Madrid . Andrés Trapiello.

2. El siglo del mal . G. Albiac.

3. Memorias de luz y niebla . Gregorio Marañón B. de Lis.

Inés Martín Rodrigo:

1. El infinito en un junco . Irene Vallejo.

2. Las maravillas . Elena Medel.

3. A corazón abierto . E. Lindo.

Jaime G. Mora:

1. Los sótanos del mundo . Ander Izagirre.

2. La trampa del optimismo . Ramón González Férriz.

3. Una dacha en el Golfo . Emilio Sánchez Mediavilla.

Javier Díaz-Guardiola:

1. Simón . Miqui Otero.

2. Cien noches . Luisgé Martín.

3. El infinito en un junco . Irene Vallejo.

Jesús García Calero:

1. El infinito en un junco . Irene Vallejo.

2. Línea de fuego . Arturo Pérez-Reverte.

3. Salvar el fuego . Guillermo Arriaga.

J. M. Pozuelo Yvancos:

1. Como polvo en el viento . Leonardo Padura.

2. Un amor . Sara Mesa.

3. La madre de Frankenstein . Almudena Grandes.

Juan Ángel Juristo:

1. Los años de fuego . F. Castillo.

2. Los recuerdos del porvenir . Elena Garro.

3. Poesía completa . E. Cardenal.

Laura Ferrero:

1. Simón . Miqui Otero.

2. Nuestra parte de noche . Mariana Enríquez.

3. La hija única . G. Nettel

Laura Revuelta:

1. El infinito en un junco . Irene Vallejo.

2. Línea de fuego . Arturo Pérez-Reverte.

3. Simón . Miqui Otero.

Luis Alberto de Cuenca:

1. Vestigios . S. Muñoz Machado.

2. Línea de fuego . Arturo Pérez-Reverte.

3. Cartas del sobrino a su diablo . Juan Manuel de Prada.

Manuel Lucena:

1. El día después de las grandes epidemias . José Enrique Ruiz-Domènec.

2. Orient Express. El tren de Europa. Mauricio Wiesenthal.

3. Vestigios . S. Muñoz Machado.

Marina Sanmartín:

1. La noche de plata . Elia Barceló.

2. Un amor . Sara Mesa.

3. Todos estábamos vivos . Enrique Llamas.

Mercedes Monmany:

1. Ese famoso abismo . Anna Maria Iglesia.

2. Una habitación compartida . Inés Martín Rodrigo.

3. Fin de temporada . Ignacio Martínez de Pisón.

Miguel Ángel Barroso:

1. El infinito en un junco . Irene Vallejo.

2. Simón . Miqui Otero.

3. Como polvo en el viento . Leonardo Padura.

Pedro G. Cuartango:

1. El infinito en un junco . Irene Vallejo.

2. Como polvo en el viento . Leonardo Padura.

3. Línea de fuego . Arturo Pérez-Reverte.

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