«Human Version», obra de Yves Gellie
«Human Version», obra de Yves Gellie
ARTE

«+Humanos»: En un futuro no muy lejano...

El CCCB, en Barcelona, ofrece una potente lectura, a caballo entre el arte y la ciencia, del futuro (posible) de nuestra especie

Barcelona Actualizado: Guardar
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« +Humanos. El futuro de nuestra especie», que puede resumirse en una verdadera propuesta multimediática y transhistórica, con objetos artísticos y científicos que recorren un arco cronológico de más de cinco siglos, lanza en su discurso un conjunto de preguntas, algunas más retóricas, otras más plausibles, que justifican los cuatro bloques temáticos en los que se divide y que exploran posibles trayectorias del futuro de la humanidad; siempre bajo el símbolo «+», en el sentido de que, ante el dilema entre evolución o extinción, se apuesta claramente por la continuación, la transformación en nuevas especies de superhumanos, «cyborgs» o, quién sabe, clones. La biotecnología, la robótica y la inteligencia artificial se convierten en compañeros de viaje para generaciones venideras en la que se imponen no sólo cambios culturales, sino también interrogantes éticos sobre la propiedad de la vida o la alteración de la identidad.

«¿Qué súperpoder te gustaría tener?», «¿Creará la bioingeniería una nueva raza?» «¿Qué se considerará bello dentro de cien años?»… Estas son algunas de las preguntas con las que se abre uno de los bloques, el dedicado a las prótesis, y que se ha titulado «Capacidades aumentadas», resuelto con un equilibrio casi matemático entre las obras artísticas y los artefactos médico-científicos. La exposición se inicia así con el que se considera mito fundacional sobre el anhelo humano de desafiar sus propias capacidades: el de Ícaro, con un óleo de Jacob Peter Gowy («La caída de Ícaro», 1637), que ilustra el trágico fracaso histórico suscitado por una prótesis: unas alas de cera y plumas.

Usos y abusos

Desde ahí, la inclusión de la tecnología en muchas obras es clave, como en el caso del artista Neil Harbisson, que se proclama «cyborg» por su antena implantada en el cráneo y que, junto a la Cyborg Foundation, anima a seguir sus pasos. Los usos y abusos de las tecnologías y de la biomedicina («¿Pueden mejorar la vida o propiciar mayores desigualdades?»), se ponen de manifiesto en las esculturas de Agatha Haines, «Transfigurations» (2013), que representan a cinco bebés, cada uno con una modificación corporal implantada quirúrgicamente. Obras que suscitan reacciones viscerales y sitúan a las prótesis clásicas, que también abundan en la muestra, en juguetes inocentes. Todo lo contrario de otras piezas, como la acción de S.W.A.M.P. a través de la cual Max Kenyon desmonta el código de barras de la multinacional AC Nielsen para poner en evidencia las «verdades ocultas» de la tragedia humana que supone la guerra de Irak.

La cita no quiere eludir ninguna de las posibilidades reales o imaginadas que tienen como elemento central las nuevas tecnologías, como vemos en la triple proyección de Cao Fei «Whose Utopia?» (2006), que ilustra otro de los bloques temáticos, «Encuentro con otros», y que, desde piezas como la máquina orgasmática (2015), del físico Julijonas Urbonas, explora cómo las tecnologías intervienen en los contactos sociales y alteran nuestra aproximación a los demás. Porque, nos guste o no, como ya preconizara Marshall McLuhan («Lo más humano que tenemos es la tecnología»), estas no dejan de ser extensiones del cuerpo que aumentan nuestras capacidades, siempre mirando a un futuro que, más que un lugar, debe entenderse como un «viaje».

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