Literatura

«El escritor tiene la obligación de volver un poco a la infancia»

Gregorio Gómez Pina acaba de publicar la segunda edición de su novela ‘Un mundo entre faros’, ambientada en las costas Cartagena y Chipiona

CÁDIZ Actualizado: Guardar
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Hablar con Gregorio Gómez Pina es hacerlo del mar. La mar. Su prosa no solo se lee, sino que se huele. Es sal y, si el viento se levanta, puede que arena. Su novela ‘Un mundo entre faros’ acaba de ver su segunda edición. Este fin de semana estuvo firmando ejemplares de su novela en un lugar tan vinculado al océano como el Baluarte de la Candelaria, que acogió no ha mucho el Museo del Mar. Un mar que es el protagonista, precisamente, de la historia de ‘Un mundo entre faros’.

–Veo que el mar está muy presente en su novela...

–En mi novela y en mi vida. Es mi pasión. De pequeño veraneaba, como está plasmado en la novela, junto al mar. Estudié en Hawai, soy profesor y enseño a controlar el mar... ¡hasta hago natación, para sentirlo más cerca!

–¿Y qué importancia tiene en ‘Un mundo entre faros?

–Toda, porque narra la historia de dos fareros, uno en Palos (Cartagena) y otro en Chipiona. Habla de cómo se relacionan con el mar, de las semejanzas y diferencias con los vientos, de cómo va cambiando su mundo con el paso del tiempo, de lo que supuso el naufragio del ‘Sirio’... y bueno, no voy a desvelar más, que habrá que leerlo (risas).

–Tras leer la novela se descubre que, junto con el mar, otro de los apartados fundamentales es su infancia.

–Sí, creo que un escritor tiene la obligación de volver un poco a la infancia al escribir sobre todo si, como es mi caso, sus recuerdos son felices. Hay mucho de autobiográfico en el libro. Yo, de niño, veraneé en Palos y, ya de mayor, me sorprendió conocer el faro de Chipiona, tan parecido a aquel de Cartagena. Me gustó mucho la idea de poder unir ambos faros en un libro.

–Pero no es sólo su vida la que está reflejada en el libro.

–Por supuesto. En el libro aparecen numerosos personajes reales de Palos y de Chipiona (como es Juan Luis Naval, cronista oficial de la villa). También aparecen personajes históricos, como el duque de Montpensier (uno de los mayores intrigantes de la historia reciente de España). Y por supuesto, aunque no aparece, una de las personas fundamentales en este libro es mi hija, que tenía 13 años cuando empecé a escribir el libro. Quería que conociera cómo era la zona que me hizo tan feliz cuando fui niño.

–Esta es la segunda edición del libro, ¿cómo fue su experiencia con la primera edición?

–No exagero si digo que fue una de las experiencias más bonitas que he tenido en mi vida. Escribir un libro es una experiencia muy gratificante, como cuando se culmina un trabajo o una tesis. Pero con un punto más gratificante, porque aquí además de la investigación la imaginación tiene que tener un lugar predominante.

–¿Qué fue lo que más le sorprendió tras la primera edición?

–La cantidad de gente que me empezó a escribir, sobre todo gente de mi tierra. Me emocionó particularmente la llamada de un señor que tenía ochenta y tantos años que había leído la novela. Él había sido telegrafista en los años 50 en el cabo de Palos y me estuvo contando cosas preciosas de su experiencia allí. Otro lector me escribió desde Galicia y me dijo que, tras leer el libro, querían conocer Palos y Chipiona.

–¿Por qué una segunda edición del libro?

–Porque mucha gente que quiso, en su día, leer el libro, no pudo hacerse con él. ‘Un mundo entre faros’ despertó bastante interés y era una pena que se perdiera, que quedara solo como un recuerdo. De ahí que nos animáramos a publicar esta segunda edición que, además, cuenta con el prólogo de un escritor de la talla de Jesús Maeso de la Torre.

–¿Cuáles son sus referencias literarias?

–Tengo muchas pero la primera que se me viene a la mente es Gabriel García Márquez. Me encanta cómo manejaba el realismo mágico, como, con una palabra, es capaz de llevarte de un lugar a otro en la novela. Y, por supuesto, los escritores de aventuras como Jack London, Stevenson. En especial, si hablan del mar. Aunque no lo hayan pisado nunca, como le pasó a Pío Baroja.

–¿Tiene ya en mente una nueva novela?

–Pues sí, pero prefieren no desvelar mucho por el momento. En esta ocasión, es una novela de amor, del vínculo no tan conocido de Cádiz por el Pacífico. Pero no me tires de la lengua. Recoge muchas historias de los mares del sur, un océano que me encantó de mi etapa de estudiante en la Universidad de Hawai... pero ya no cuento más (risas).

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