ARTE

Alejandro Bombín: «Mi objetivo es vivir pintando, no vivir de la pintura»

El artista abre las puertas de su estudio en el madrileño barrio de Vallecas y transmite su pasión por la pintura

El artista Alejandro Bombín, junto a una de sus obras, en su casa-estudio de Madrid ABC

Teresa Rodríguez

Alejandro Bombín (Madrid, 1985) es licenciado en Bellas Artes, lleva más de doce años dedicándose exclusivamente a su labor artística. Desde pequeño, encontró la magia del arte en las visitas con su padre al Museo del Prado . Otro de los sitios donde descubrió su interés por el arte fueron las Cuevas de Altamira.

Su dedicación por la pintura le ha llevado a exponer sus obras en galerías y ferias nacionales e internacionales. El madrileño prefiere pintar sin ideas previas y dejar que su inteligencia y sensibilidad se expresen para concretar el resultado en el lienzo. Las paredes de su casa-estudio están decoradas con sus obras, que se perciben como abanicos de percepciones diferenciadas.

¿Qué le interesa?

Me interesa la arqueología de la imagen, por eso empleo como modelos pictóricos imágenes que no son icónicas, sino que se caracterizan por su ambigüedad y podrían ser descartadas por ser excesivamente dulces o 'kitsch'.

¿Cómo definiría su producción?

A todas mis obras les une la falta de control de los resultados. Rescato imágenes del pasado en formato físico para darles una validez en el presente. Primero las escaneo y traspaso a la pintura. Una vez que están digitalizadas, las imprimo y corto en tiras muy finas para luego reproducir cada una de estas en el lienzo. De esta manera, las líneas y las distorsiones de forma y color que se producen en el proceso de escanear se hacen visibles.

¿Cómo es su día a día?

Me considero una persona adicta al trabajo. Al tener el estudio dentro de casa me cuesta separar lo personal de lo profesional. Es muy raro que un día no trabaje porque no tengo horarios, estoy aquí de lunes a domingo, aunque no me supone un problema; al contrario: lo considero como una obsesión positiva porque para mí pintar no es trabajo: es vocación.

¿Cuáles son los temas que predominan en sus obras?

Lo que yo hago es una especie de puente entre los errores digitales y los mentales. Es como la distorsión cognitiva de la que hablan los psicólogos. Aunque cada uno tiene su diagnóstico, tiene mucho que ver con la inercia cultural. Esto es simplemente que no tomamos tantas decisiones como creemos, vamos en una corriente ideológica que es muy difícil de contrarrestar, cambiar y girar, y yo lo que hago es una especie de autocrítica.

Proyecto entre manos…

El proyecto en el que estoy trabajando es sobre la continuidad moral en las obras clásicas. Se basa en coger obras antiguas que tiene un mensaje que hoy en día no es aceptable o que ha tenido una evolución filosófica, y renovar lo que puedan transmitir.

Obra del pintor Alejandro Bombín José Ramón Ladra

¿Cómo ve la situación del arte en España respecto a otros países?

Todo el mundo busca el extranjero porque en España el mercado es limitado y, a la larga, si no das un salto a nivel internacional, digamos que no tienes esa cuota de respeto. Cada caso es único, pero es cierto que hay otros países en los que puede resultar más fácil alcanzar unos mínimos de tranquilidad y salir de la precariedad.

¿Considera que el sector del arte necesita ayudas?

No lo sé, yo no soy de los que piensan que el arte debe estar subvencionado. Por supuesto que pido becas, porque tampoco quiero ser hipócrita, pero normalmente el arte institucional suele generar un efecto llamada. Hay un arte institucional que es el correcto. Cuando se da una ayuda siempre se va a elegir ese tipo de arte y los artistas van a hacer arte correcto, pero ese no tiene por qué ser el mejor. Aunque el arte es referencial, creo que hay que ser todo lo raro que se pueda, porque hay muchas cosas hechas. Eso es el verdadero arte, y normalmente el arte subvencionado no encaja muy bien en ese concepto. En ese caso creo que en vez de sumar, resta.

¿Qué tiene que hacer un artista para situarse en el extranjero?

Tener visión, ser fiel a sí mismo y trabajar, trabajar y trabajar. Probablemente así lo consiga, y si no lo hace, que lo intente sin fin. El fracaso sería dejar de intentarlo. En mi caso, yo tengo un problema de falta de ambición, porque, para mí, el objetivo es vivir pintando y no vivir de la pintura. A lo mejor es falta de motivación en ese sentido, pero con el respeto que me muestran me basta, que es a lo que aspiramos todos.

De los millones de parados que hay en España, ¿cuántos cree que son artistas?

No sabría decirte, el artista siempre está en crisis económica. El arte no es un mundo sencillo. Yo creo que no nos tiene que afectar la crisis constante en la que vivimos porque está ahí, haya paro o no, el artista siempre está cuestionado.

¿Se puede vivir del arte?

Es muy relativo. En mi caso, por suerte, puedo seguir pintando, que al final es lo que me hace feliz en esta vida.

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