Detalle de una de las piezas de Giorgio Griffa, que expone en ARCO2015 en la Galería Rafael Pérez Hernando
Detalle de una de las piezas de Giorgio Griffa, que expone en ARCO2015 en la Galería Rafael Pérez Hernando
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Artistas imprescindibles de ARCO'15

Como es tradición cada año, los críticos de ABC Cultural eligen los tres mejores artistas de la XXXIV edición de ARCOmadrid, para componer con ellos su estand ideal. La selección incluye a artistas consagrados y creadores noveles a los que seguir la pista

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Óscar Alonso Molina. Un clásico casi desconocido en nuestro país: Giorgio Griffa (Rafael Pérez Hernando), la voz de la modernidad tardía italiana más refinada y secreta, a la altura de Robert Ryman o Agnes Martin. Su obra, con apenas cuatro rayas o algo de pintura diluida tiñendo la tela en crudo, es el colmo de la sensibilidad y la elegancia al borde mismo del grado cero de enunciación. Todo lo contrario expresa la voluntad imponente de los trabajos de Jaime de la Jara (Filomena Soares): muebles rotos, intervenidos, grandes instalaciones, dando nueva vida, más rotunda y casi apabullante, a los objetos. Por último, Nacho Martín Silva (José de la Fuente), demuestra cómo la pintura puede imbricarse con un proyecto en toda regla sin dejar de serlo.

Francisco Carpio. Para los adeptos de Esther Ferrer (Altxerri, Espaivisor, Ángels Barcelona...), flamante Premio Velázquez de Artes Plásticas 2014, y una de las figuras seminales y referenciales del arte conceptual en España, es esta una buena oportunidad de contemplar diversos ejemplos de una obra coherente y personal como pocas. Una cuestión de pura justicia expositiva. En la edición con posiblemente más participación de artistas latinoamericanos por metro cuadrado, no podía faltar la presencia de la mexicana Teresa Margolles (Peter Kilchmann), una de las creadoras más densas e intensas del panorama contemporáneo. Denuncia social y política, dura y directa como un trago de tequila. Igualmente les recomiendo la propuesta de Íñigo Manglano-Ovalle (Christopher Grimes). Una serie de singulares (y plurales) fotografías de icebergs, con una extraña apariencia casi onírica, que actúan como metáforas generadas desde el Planeta Arte para alertarnos de la precaria salud de nuestro desgastado Planeta Tierra.

Fernando Castro Flórez. Estamos tensados entre lo que vemos y lo que nos mira, intentando encontrar la clave enigmática de lo que (nos) pasa en un paisaje «planificado» por Álvaro Perdices, al que encontraremos en CasaSinFin, y «ejecutado» por Jorge Diezma, casi en el mismo lugar en el que hace más de una década el hombre de la lámpara a la espalda de Bernardí Roig (de nuevo en Max Estrella) trató de iluminar la noche deseante. Acaso ambos artistas han tratado de superar la «duchampitis» como hiciera, en un borrado cuidadoso de la Fuente fundacional, Cristina Garrido (L21 Gallery). Tres conspiradores de lo enmarañado, astutos y sutiles, capaces de desbordar lo genérico, acechantes en la espesura de los signos.

Miguel Cereceda. Elijo tres artistas que trabajan con envidiable coherencia las relaciones entre arte y arquitectura. Ángela Cuadra (José de la Fuente) es una inconformista que, para enfrentarse a la crisis, organiza exposiciones y veladas culturales en el salón de su propia casa. Su trabajo parte del collage, intentando darle cierta autonomía al fragmento, despegándolo del papel, con una cierta vocación escultórica. Emilio Gañán (El Museo), por su parte, se desenvuelve prodigiosamente entre la pintura y la escultura, generando espacios tridimensionales habitables, a base de composiciones geométricas. La berlinesa Sinta Werner (Alexander Levy) interroga nuestra visión del espacio real, al convertirlo en espacio virtual, mediante construcciones interpuestas. En 2014 consiguió en Múnich el primer premio en el concurso internacional Arte en la arquitectura.

Javier Díaz-Guardiola. Declaro de nuevo mi amor incondicional por el arte español, y, tras desojar la margarita y renunciar a algunos nombres (Oriol Vilanova, Eugenio Ampudia, Nuria Güell, Germán Gómez, Daniel Steegmann, Matín Vitaliti...), estos son mis elegidos. Tres votos, tres razones (a lo Gran Hermano VIP): Javier Garcerá (Álvaro Alcazar), porque da un paso de gigante introduciendo los elementos figurativos en sus fondos irisados desde su última individual en esta galería; Jacobo Castellano (F-2), porque nadie saca mejores sentimientos –muy humanos– de los desechos y despojos. Y Fermín Jiménez Landa (Bacelos). Imposible no dejarse seducir por la fina ironía del chico de moda (ahora también en ARTIUM y Casa Encendida).

José Jiménez. En un ambiente disperso y abigarrado, como es el de una feria comercial, elegir sólo «tres nombres» de artistas es un imposible. Pero, bueno, si de eso se trata, aventurémonos en lo imposible. En esta ocasión, quiero llamar la atención sobre «tres nombres», que en realidad son cuatro, dado que Cabello\Carceller (Elba Benítez y Joan Prats) es una pareja que actúa como unidad de creación. En los tres casos, sus líneas de trabajo afrontan, desde el arte, problemáticas centrales del mundo actual: la crítica de los estereotipos de género ( Cabello\Carceller), el carácter envolvente y extraordinariamente fugaz de la tecnología ( Daniel Canogar en Max Estrella y Bitforms Gallery), y el trasfondo poético y visual de las pautas de sentido de la experiencia (el Albuquerque Mendes de Graça Brandao). No se pierdan sus propuestas.

Javier Montes. Buscaré por la feria a tres artistas que no llegan a los cuarenta, que hablan castellano y que son una muestra de toda una generación de españolas y latinoamericanas que pisa muy fuerte y está recolocando los viejos puntos cardinales del mapamundi del arte. En Travesía 4 estará Asunción Molinos Gordo (Burgos, 1978), con su proyecto Hambre; en la galería colombiana Instituto de Visión localizaremos a Carolina Caycedo (Londres, 1978); y en Wien Lukatsch podrá verse el trabajo de Mariana Castillo Deball (DF, 1975). Las tres son «polinizadoras» entre continentes y culturas. Muy pendientes del contexto colectivo y social de su trabajo, nos recuerdan que el mundo ya nunca volverá a dividirse, para bien o para mal, en compartimentos estancos.

Laura Revuelta. Echo la caña en el mar siempre revuelto de una feria, donde se mezcla lo bueno, lo malo (flota mucha basura) y lo regular, para pescar tres peces grandes que puede que se hayan tragado algún que otro pez. En esto del arte, los vasos son siempre comunicantes, y un artista encierra a otros muchos. Vamos con mis tres peces. Mitsuo Miura (Adora Calvo), creador silencioso donde los haya, siempre sorprende por la pulcritud de su trabajos, por la elegancia de sus piezas, por lo medido de la medida abstracta. Mateo Maté (NF Galería) es por derecho, y también por el revés, uno de los artistas objetuales-conceptules-originales más sólidos. Sus exposiciones se encuentran entre las más sugerentes de los últimos tiempos. Cierro con Tania Bruguera (Juana de Aizpuru). Obvio su nombre a tenor de los problemas que ha tenido con el régimen castrista de Cuba y su poder «performativo». Una disidente más en el arte contemporáneo.

Javier Rubio Nomblot. Sin ánimo de proponer un imposible top three… me gustará ver: qué nuevas actuaciones sobre su propio cuerpo presenta en Charim Roberta Lima (Brasil, 1974), artista posfeminista residente en Viena, diplomada en Arquitectura, Bellas Artes y Filosofía, que no ha expuesto nunca en España, pese a que tiene sendas series eróticas dedicadas a Madrid y a Marbella; Björn Dahlem en Heinrich Ehrhardt (Múnich, 1974), porque el extraordinario Agujero negro (Cygnus X-1) que expuso en Matadero hace unos meses brilló en una temporada sin historia; y quien busque pintura encontrará pruebas de su pervivencia y pertinencia en las piezas ambiguas y mágicas de Clare Woods (Southamton, 1972), que se trae la firma Martin Asbaek.

Víctor Zarza. Qué duda cabe de que el trabajo de cualquiera de los tres artistas que voy a proponer posee un enorme interés por sí mismo, debido a la calidad de sus propuestas. Pero ya que he de agruparlos en esta selección, me permitiré establecer un mínimo criterio de apreciación circunstancial en torno a la idea de «imagen»: entregada a su condición referencial de elemento significante, en el caso de Santiago Giralda (Moisés Pérez de Albéniz); sujeta, atravesada por los abismales vaivenes de la razón epistemológica, en el de Nicolás Franco (AFA); y como medio para revelar la dinámica oculta y heterogénea de nuestros entornos, en el caso de Philippe Decrauzat (Parra & Romero y Mehdi Chouakri).

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