De la exclusividad a la divulgación: un debate sobre los libros del arte

Javier Díaz-Guardiola moderó una mesa redonda con motivo de los 30 años de ABC Cultural

Los ponentes, en la foto de familia previa a la mesa redonda Guillermo Navarro

Bruno Pardo

El anzuelo era más que sugerente: ' El arte también se lee '. Bajo ese título, el periodista de ABC Cultural Javier Díaz-Guardiola reunió en la Biblioteca Eugenio Trías de Madrid a representantes de cuatro editoriales que tienen como materia prima no la literatura, sino la creación plástica: César Martínez Useros (La Fábrica), Valerie Maasburg (Ivorypress), Marilé Pretel (Los Doscientos) y Patricia Mateo y José López del Moral (FueradeCarta). ¿El objetivo? Debatir sobre su sector y, al tiempo, seguir celebrando los 30 años de ABC Cultural en la Feria del Libro.

Fue una mesa de contrastes. Empezó hablando Martínez Useros, responsable de publicaciones de La Fábrica, el sello más convencional y 'mainstream' de los presentes, por así decirlo. Él comentó que lo más singular del libro de arte es su coste, mucho mayor que el de cualquier novela o ensayo. Al año editan unos 40 libros, sobre todo de fotografía ( Chema Madoz y Alberto García-Alix son sus estrellas), aunque en los últimos años se han abierto al resto de las artes, con grandes tiradas. «La nuestra es una labor de divulgación. Los libros sirven mucho para explicar el arte, son una vía de conocimiento», explicó. Al lado, Maasburg, de Ivorypress, desgranaba su proyecto, diametralmente distinto: «Con nosotros no te llevas un libro, te llevas una obra de arte: es un libro de artista».

En sus 25 años de historia, Ivorypress ha realizado solo 16 proyectos, pues no trabajan con límites de tiempo ni presupuestos cerrados. «En cada proyecto nos inventamos un proceso», aseguró. Por ejemplo: con Olafur Eliasson tuvieron que hacer un libro de vidrio, y salió bien, aunque necesitaron muchísimas pruebas. Hicieron otro de plomo. Por cierto: también editan libros de bolsillo, abiertos a más gente, claro. Por su parte, los artistas Patricia Mateo y José López del Moral, contaron su proyecto FueradeCarta, muy distinto. Trabajan con ediciones limitadas, de dieciséis páginas tamaño pasaporte, con una tirada de solo 100 ejemplares, de los que 40 son para el artista. Van numeradas, con una obra de arte original. Eso sí, el precio es asequible: 20 euros por ejemplar, y solo se puede comprar uno por persona, para evitar la especulación. «Es por amor al arte», afirmó Mateo.

También es única la forma de trabajar de Los Doscientos, una suerte de club privado y editorial, todo al mismo tiempo. Se trata, según relató Marilé Pretel , de un sello formado por 200 miembros que hace libros (4 al año, uno por estación) con una tirada de 200 ejemplares: uno para cada miembro, sin salir al mercado. Cada ejemplar, además, se entrega con una obra única del artista del libro: 200 distintas. La idea es convertir la publicación en un acontecimiento social; también, en una fiesta.

Todos coincidieron en que las definiciones siempre se quedan cortas en los libros de arte: cada casa es un mundo, con sus creaciones propias y sus leyes singulares.

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