Los astutos trucos con los que el mago Jasper Maskelyne logró burlar a Hitler

Ilusionista de profesión, construyó un falso puerto de Alejandría con edificios y barcos de cartón para despistar a la aviación alemana. Ocultó a los tanques británicos en el desierto e ideó un juego de luces para evitar los bombardeos sobre Suez

Pedro García Cuartango

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Las guerras no sólo se ganan con las armas. A veces también con el ingenio . Es el caso de Jasper Maskelyne , un ilusionista inglés que ayudó con sus trucos de magia a derrotar al Afrika Korps del general Rommel. Sus hazañas se han convertido en un mito en el que se confunden la realidad y la ficción .

Debutó en los escenarios cuando sólo tenía nueve años. Era nieto de John Nevil Maskelyne, un legendario mago británico. Estaba actuando en un teatro cuando se enteró del comienzo de l a II Guerra Mundial y decidió alistarse . Era un hombre alto y apuesto, que seducía al público.

Después de un periodo de adiestramiento, fue enviado en 1941 a Egipto , donde se integró en el servicio de contraespionaje bajo el mando del general Wavell, jefe de las tropas británicas en el norte de África. Allí tuvo la ocasión de demostrar su imaginación y sus dotes como artista.

El avance de Rommel parecía imparable mientras la Luftwaffe dominaba el espacio aéreo y bombardeaba las instalaciones británicas. El puerto de Alejandría era vital para el abastecimiento de las fuerzas de Wavell. La situación era tan desesperada que el contraespionaje británico encargó a Maskelyne una de las mayores operaciones de engaño de la historia de la guerra: la construcción de un falso puerto para despistar a la aviación de Hitler.

Dicho y hecho. Maskelyne levantó una réplica a unos pocos kilómetros de la ciudad fundada por Alejandro Magno , con barracones, edificios y un faro de cartón y chapa de madera que reproducía exactamente el original. También se tomaron el trabajo de colocar una falsa flota de buques en el lugar. Lo más importante es que sus hombres instalaron focos de luz con la misma disposición que los que protegían el enclave. Como los bombardeos eran nocturnos , el truco funcionó durante un tiempo, aunque los pilotos expresaron su sorpresa porque la ubicación no coincidía con lo que señalaban sus cartas de navegación.

Otra hazaña del ilusionista fue la ocultación del canal de Suez , una tarea teóricamente imposible por sus dimensiones. Lo que se le ocurrió a Maskelyne fue la colocación de enormes reflectores que cegaban a la aviación alemana, mientras hacía a rder maquetas de barcos en las orillas y efectuaba explosiones para confundir a los atacantes. El ardid funcionó, según relataba el mago en sus memorias, que han sido cuestionadas por algunos historiadores que dudan de su veracidad.

Nada más llegar a Egipto, Maskelyne llevó a cabo la tarea de camuflar los tanques británicos en el desierto. Construyó una carcasa de tela y madera que cubría los blindados y les hacía parecer vehículos de transporte vacíos. Dice la leyenda que utilizó estiércol de camello para colorearlos . El mago demostró que el truco funcionaba al retar a pilotos de la RAF a descubrir la diferencia.

Otra de las gestas que se le atribuyen a Maskelyne fue la organización de un espectáculo de magia para entretener al rey Farouk , sospechoso de simpatías pronazis. Mientras el mago desaparecía en una caja, el contraespionaje registraba las habitaciones de su palacio para incautarse de un transmisor.

Maskelyne, que había nacido en 1902 en Londres, se retiró del Ejército sin condecoraciones ni un reconocimiento público que otros obtuvieron. Casado con dos hijos, se instaló en una granja de Kenia, donde murió en 1973, según el historiador Jesús Hernández que investigó su peripecia.

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