Jaime García Márquez: «Gabo hizo todo por la paz en Colombia y no la pudo ver»

Bajo la solemne arquitectura del que fuera el Tribunal de la Inquisición de Cartagena de Indias, Jaime García Márquez, el séptimo de los once hermanos de la familia del Premio Nobel de Literatura, rompe su sosiego cuando se le pregunta por el proceso de paz en Colombia. Sentado en el patio que inspiró a «Gabito» en su obra maestra, García Márquez considera «inaudito» que los colombianos lleven más de medio siglo de conflicto armado y que aún no lo hayan logrado resolver. El maestro de periodistas se muestra convencido de que todos los males del país se resolverían con un armisticio por el que su hermano luchó pero que no pudo ver: «La paz es la única solución.

Es la única manera de reparar a los colombianos».

Poco más de un año después del fallecimiento del escritor de «El amor en tiempos del cólera», su hermano ha ejercido como profesor de la Ruta BBVA ante un auditorio repleto de jóvenes entusiastas de la obra del colombiano. Cómo era «Gabito», sus inicios como escritor, anécdotas de la infancia, la relación con sus padres o la invención del realismo mágico han sido las inquietudes más expresadas por los jóvenes de 18 y 19 años que este año participan en el proyecto ideado por el periodista y aventurero español Miguel de la Quadra-Salcedo.

Jaime García Márquez se explaya en sus respuestas, tiene anécdotas para escribir tantos libros como su hermano mayor, aunque se reconoce «extremadamente tímido». Sin embargo, a la hora de hablar del conflicto colombiano se muestra contundente: « La paz es una necesidad urgente para Colombia. Me parece inaudito que no hayamos podido resolver una tragedia de 50 años. Todos tenemos la culpa de todo».

Admite que el conflicto ha dejado «muchas heridas abiertas», pero para que estas heridas empiecen a cerrarse cree que la única solución es resolver el conflicto y, sobre todo, perdonar. «La clave es pensar que la vida vale más que cualquier otra cosa. El gran culpable de esta situación es el maldito dinero, que se ha convertido en 'leiv motiv' del ser humano. La solución no puede venir de ahí, sino simple y llanamente del amor», sentencia con dolor.

A pesar de todo, se ha mostrado optimista con respecto a las negociaciones de paz que mantienen el Gobierno de Juan Manuel Santos con la guerrilla de las FARC aunque haya personas que sigan «poniendo palos en la rueda». «Estamos a solo un empujoncito».

Sin ética, no hay periodismo

Pese a ver algo de luz en el futuro de su país, al mediano de los García Márquez se le antoja más oscuro el derrotero por el que camina ahora el periodismo. El director de la Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano, que creó junto a su hermano, critica sin ambajes la falta de ética que, en su opinión, reina en la profesión. «Los periodistas no pueden separarse de la ética. La ética es al periodismo lo que el zumbido al moscardón», ha afirmado. «Si no se es ético, no se es periodista».

Precisamente este es uno de los aspectos que más destaca de su hermano mayor, con el que se llevaba 13 años. «'Gabito' tenía una pasión ilimitada por todo lo que hacía y, sobre todo, una honestidad y un sentido ético de la realidad que le hacía investigar cualquier tema hasta el último detalle, buscando las costuras a todo».