Santiago Grisolía: «Necesitamos que surja un Premio Nobel en la Comunidad Valenciana»

Pocas dudas caben sobre la conveniencia de iniciar con Santiago Grisolía esta serie de entrevistas dominicales a personajes ilustres de la sociedad civil valenciana. Como impulsor de los Premios Jaime I y presidente del Consell Valencià de Cultura, su opinión es fundamental a la hora de glosar los principales acontecimientos que han marcado la evolución de esta región durante el último cuarto de siglo.

El profesor Santiago Grisolía es además una persona íntimamente ligada a ABC desde hace décadas. Su firma ha presidido muchas «terceras»; tribunas editoriales desde las que ha rendido homenaje a personajes como Santiago Ramón y Cajal o el cardenal Gil de Albornoz, fundador del Real Colegio de España en Bolonia a mediados del siglo XIV.

«ABC ha sido siempre un gran periódico, en el que he tenido grandes amigos como Mingote», comenta el bioquímico con motivo del XXV aniversario de la edición del diario en la Comunidad Valenciana.

«Cuando me marché a Estados Unidos hace setenta años, todavía estábamos con las cartillas de racionamiento. La gente vivía estrechamente, y Valencia no era más que un pueblo grande», recuerda. Grisolía trabajó primero en la Universidad de Nueva York junto a Severo Ochoa, y posteriormente desarrolló su carrera científica y docente en Chicago, Wisconsin y Kansas. Tenía en su mano instalarse en cualquier otra ciudad, pero decidió volver a Valencia. Y confiesa que una de las razones por las que lo hizo fue una conversación que mantuvo con el Rey Don Juan Carlos en su primera visita a Estados Unidos. «Me impresionó su entusiasmo sobre la importancia de estimular la ciencia en España», confiesa.

Ese encuentro fue también el origen de los Premios Jaime I, que desde su fundación hace 26 años han contado en cada edición con la presencia de algún miembro de la Casa Real en la capital del Turia. «Don Juan Carlos siempre ha sentido un gran afecto por la Comunidad Valenciana y quería que también se significara en el terreno de la ciencia y la investigación».

—La Comunidad Valenciana ha sufrido una gran transformación en el último cuarto de siglo, ¿cuál ha sido el cambio más significativo?

—Si me centro en Valencia, para mí ha sido trascendental la transformación del antiguo cauce del río Turia en un jardín donde todo el mundo practica deporte. Pero también destacaría las obras de Calatrava, que (con todas las críticas que se le quieran hacer) se han convertido en un símbolo.

—¿Ha cambiado también la mentalidad?

—Ha cambiado tanto nuestra mentalidad como la percepción que se tiene de nosotros. Antes existía cierta propensión a considerarnos «gente de la huerta». Ahora se nos ve como ciudadanos cosmopolitas. Además nos hemos quitado prejuicios, porque ahora nuestra lengua se habla más que nunca y defendemos nuestras señas de identidad. Hace tan solo unas décadas el valenciano no se empleaba en la ciudad porque se consideraba de segunda categoría.

—¿Cuáles son las asignaturas pendientes?

—Sobre todo el paro. Creo que podríamos aliviar la situación aplicando medidas parecidas a las de Roosevelt durante la Gran Depresión: invertir en obras públicas nuevas que son necesarias para el futuro. En la Comunidad hay todavía infraestructuras importantes que están sin hacer, como la del desvío de la Font de la Figuera o el Corredor del Mediterráneo.

—¿Y la ciencia?

—Desgraciadamente, esta región ha sido tradicionalmente una de las que menos ha aportado a la ciencia y la investigación, y también ha sido una de las que más ha acusado los recortes en este campo. Cabría llegar al 2% del PIB, y estamos en el 1,13%. A pesar de ello, la prueba del alto nivel de los científicos valencianos está en las nominaciones que ocupan en cada edición de los Jaime I. Pero hay que hacer más. Necesitamos que surja un Premio Nobel aquí.

—¿Qué personaje valenciano de los últimos tiempos destacaría?

—Eduardo Zaplana, por su aguzado sentido político. Ante cualquier idea que le dabas, sabía ver si tenía mérito. En el campo de la ciencia, destacaría a Avelino Corma, químico castellonense premiado con el Príncipe de Asturias de Investigación en 2014.