La vida en Venus solo fue posible durante sus primeros mil millones de años

Un nuevo estudio divide entre tres el período en el que el planeta pudo llegar a ser habitable. Algunos creen que la vida nunca pudo arraigar allí

José Manuel Nieves

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Hasta ahora, la mayoría de los científicos creían de que en Venus, considerado como el 'mundo gemelo' de la Tierra, la vida pudo prosperar durante cerca de tres mil millones de años antes de que el planeta se convirtiera en el infierno que es hoy. Pero un nuevo estudio recién aparecido en el servidor de prepublicaciones ArXiv acaba de recortar ese tiempo de forma drástica. Venus, en efecto, solo fue habitable, como máximo, durante durante unos mil millones de años.

Según Dennis Höning, de la Universidad Libre de Amsterdam y primer firmante del artículo, las investigaciones anteriores no tuvieron en cuenta la ausencia de tectónica de placas en Venus : "Nunca hemos visto evidencia de tectónica de placas en Venus. En los nuevos cálculos hemos incluido este detalle y sugieren que el período viable para la vida fue durante los primeros 900 millones de años de Venus. Eso todavía es lo suficientemente largo para que la vida evolucione, aunque probablemente no sea suficiente para que la vida compleja se desarrolle como lo hizo en la Tierra".

La clave, en el Sol

La clave del nuevo modelo radica en el hecho de que cuando Venus nació, hace 4.500 millones de años, el Sol era mucho más débil que en la actualidad, por lo que habría sido más fácil para el planeta mantener agua líquida en su superficie durante los primeros tiempos tras su formación.

Höning y su equipo encontraron que cualquier agua existente habría reaccionado con el CO₂ liberado a la atmósfera por las numerosas erupciones volcánicas. Lo cual habría producido ácido carbónico, que habría disuelto la roca de silicato, ayudando a capturar CO₂ en las rocas en forma de carbonatos. A diferencia de la Tierra, que tiene placas tectónicas, estos carbonatos no se habrían reciclado en el manto del planeta y, por lo tanto, habrían continuado acumulándose.

Cuanto más calientes se volvían estos carbonatos a medida que iban siendo enterrados más profundamente por sucesivos flujos volcánicos, más inestables se habrían vuelto, liberando CO₂ a través de las grietas en la superficie. El proceso habría terminado desencadenado un fuerte efecto invernadero, provocando que incluso más rocas de Venus liberaran CO₂ y dando como resultado el entorno que vemos en Venus hoy, con temperaturas medias de 400 grados centígrados.

Novecientos millones de años, desde luego, es menos de un tercio de algunas de las estimaciones más optimistas sobre cuánto tiempo pudo Venus ser habitable. Lo cual es de suma importancia, porque en la actualidad se están desarrollando hasta tres misiones a Venus que trazarán mapas de la superficie del planeta y analizarán su atmósfera para determinar si Venus realmente alguna vez tuvo agua.

Incluso podría ser, tal y como sostienen algunos investigadores, que en realidad Venus nunca llegara a ser un mundo habitable. Aquí, en la Tierra, la atmósfera no fue estable durante los primeros mil millones de años, debido a la extrema radiación ultravioleta del Sol. Y algunos cálculos indican que Venus, poco después de formarse, habría llegado a recibir más del doble de esa radiación letal, lo que habría hecho que la atmósfera, prácticamente, se disipara, impidiendo tanto la existencia de agua como de vida.

El planeta vecino, pues, sigue albergando incógnitas que solo las futuras misiones espaciales parecen capaces de resolver.

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