Los sistemas de medición y alerta de las tormentas solares podrían tener muchas fallas
Los sistemas de medición y alerta de las tormentas solares podrían tener muchas fallas - abc

Una investigación cuestiona la eficacia de los sistemas de detección de tormentas solares

Investigadores de la Universidad de Alcalá de Henares piden desarrollar índices más locales que puedan servir a las empresas afectadas por este fenómeno, como el Local Disturbance index for Spain (LDiñ)

Madrid Actualizado: Guardar
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Un grupo de investigadores del Departamento de Física y Matemáticas de la Universidad de Alcalá han publicado un estudio en «Journal of Space Weather and Space Climate», en el que sugiere que la comunidad científica puede estar equivocada al promediar los registros de los distintos observatorios alrededor de la Tierra a la hora de medir las tormentas solares. Todo ello, tras analizar los fallos de los índices oficiales de medición y alerta el 29 de octubre de 2003 con un fenómeno muy similar a la denominada «Llamarada de Carrington» de 1859, que afectó a instalaciones eléctricas en Suecia Sudáfrica.

Este evento se registró en el observatorio de Tihany, en Hungría, y ahora un equipo de investigadores de la Universidad de Alcalá ha analizado aquel fallo de los índices oficiales y alerta sobre las posibles consecuencias.

En esta línea, este grupo de investigadores españoles han advertido que las perturbaciones magnéticas positivas y negativas se compensan unas con otras, y desaparece la perturbación magnética real en una región. Además, esta depende de forma importante de la hora local (de la longitud), aunque otros científicos supongan que sea de la latitud.

Para la autora principal del estudio, Consuelo Cid, «una de las conclusiones es que los índices comúnmente utilizados por los científicos, como el Dst o el SYM-H, basados en un aspecto global de la Tierra y obtenidos mediante promedios, perdieron un suceso tan importante como este, y seguramente habrían perdido también el evento de Carrington».

Cid ha añadido que «un suceso parecido al de Carrington podría ocurrir más a menudo de lo esperado; es más, podría haber ocurrido ya y haber pasado desapercibido». Esta científica ha destacado también la necesidad de desarrollar índices más locales que de verdad sirvan a las empresas que puedan verse afectadas por este tipo de sucesos, como las compañías eléctricas.

De hecho, este grupo de investigadores de la Universidad alcalaína ha creado el «Local Disturbance index for Spain (LDiñ)» que determina la perturbación geomagnética para el territorio español en base al campo magnético registrado en el Observatorio de San Pablo (Toledo), perteneciente al Instituto Geográfico Nacional.

En esta línea ha añadido que «un índice parecido a LDiñ se podría aplicar en otros países del entorno, como Portugal, Francia o Italia; y en otras zonas del mundo desarrollar otros ajustados a cada región». La científica ha insistido en la necesidad de colaborar con las empresas involucradas, como ha hecho su equipo de investigación con Red Eléctrica Española.

Medición de tormentas solares

En 1859 se detectó desde el Observatorio de Colaba (India) la mayor y más potente tormenta solar jamás registrada, también conocida como «Evento» o «Llamarada de Carrington», en honor al astrónomo inglés Richard Carrington que la observó. Aquel suceso permitió disfrutar de auroras en latitudes tan bajas como Madrid, e incluso en el mar Caribe, pero también produjo cortes e incendios en las instalaciones de telégrafo de Europa y Norteamérica.

Desde entonces las tormentas geomagnéticas producidas por el Sol han representado un peligro grave para una sociedad cada vez más dependiente de la tecnología y, de manera directa, para las redes eléctricas y de comunicaciones. Para evitarlo, los científicos han desarrollado diversos índices que ayudan a analizar y prever este fenómeno.

Uno de los índices más utilizados para medir las tormentas geomagnéticas es el «Dst» (por sus siglas en inglés: «Disturbance storm time»), que se obtiene cada hora con la media de los datos tomados en cuatro observatorios: Hermanus (Sudáfrica), Kakioka (Japón), Honolulu (Hawái, EE UU) y San Juan (Puerto Rico).

Otra versión más precisa es el denominado «SYM-H», que valora el componente horizontal del campo magnético terrestre, cuenta con la información de más observatorios y una cadencia de un minuto. Con estos dos índices, que priman la latitud (distancia angular al ecuador) de los registros magnéticos, se pueden seguir los efectos de las grandes tormentas solares, como la que ocurrió entre octubre y noviembre de 2003, que es conocida como la Tormenta de Halloween.

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