Detalle de la vitrina de Sergi Calvó
Detalle de la vitrina de Sergi Calvó - abc

Vitrinas de autor y «estelades» en el Museo Etnológico de Barcelona

El centro reabre sus puertas después de cuatro años de obras

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La reapertura del Museo Etnológico de Montjuïc llega llena de polémica. A nadie se le escapa que han cambiado los aires en el Ayuntamiento y que la flamante inauguración del Museo de las Culturas en la calle Montcada fue una operación del consistorio del alcalde Trias. Dos museos que cabalgan por separado pero que en un futuro no muy lejano se darán la mano según las nuevas coordenadas. Si alguien pensaba que iban a derrumbar este edificio singular que olvide su pensamiento porque el nuevo equipo que capitanea Berta Sureda, la nueva comisionada de cultura, apuesta firme por su continuidad y su utilidad. Y si alguien temía que se convirtiera en el museo de la barretina su director Pep Fornés insiste en que «queremos contar conceptos universales empezando por la realidad catalana con la máxima dignidad posible».

Pero la realidad es que tras cuatro años de reformas y 3,8 millones de euros la cuarta planta presenta una colección de cerámica en todo su esplendor y que hay espacio para vitrinas de autor. Las «estelades», un cura, un torero, la policía nacional y la Grossa conviven gracias a la imaginación de Sergi Calvó que ha reproducido una estampa típica de Cataluña.

El museo custodia setenta mil piezas adquiridas a lo largo de su historia. «El patrimonio etnológico es un patrimonio de pobres y marginados, de las clases subalternas y de los pueblos subalternos», destaca Pep Fornés en sintonía con Berta Sureda que le deja en sus manos el futuro de este museo. «No queremos ser un museo convencional, no lo hemos sido nunca. Queremos ser un museo útil a la sociedad», lo que se manifiesta una museología y una museografía austera y científica alejada de la del Museu de les Cultures del Món.

Precisamente su matrimonio con poco austero Museo de las Culturas es una de las incógnitas del futuro. En su afán de justificar la labor de este centro, Fornés aclara que «nosotros no enseñamos cosas, mostramos significados». También recuerda que tienen «La doncella virtuosa» de finales del XVI y principios del XVII que es la «pequeña Gioconda» del museo. Para que el visitante reflexione sobre el lienzo, el museo muestra los objetos reales. «Queremos que el público tenga emociones al ver el yugo y otros elementos».

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