PPC

Llega el 27-S y las encuestas -tozudas- no favorecen al Partido Popular de Cataluña. La lógica política se impone y el PPC busca un nuevo candidato -un revulsivo- para hacer frente al declive del partido en Cataluña y al desafío planteado por el nacionalismo catalán y la izquierda antisistema. La cuestión: estando las cosas como están, ¿qué puede hacer -intentar- Xavier García Albiol ante las autonómicas de septiembre? Mi hipótesis es la siguiente: reafirmar el PPC como partido de centro derecha y convertirlo de facto en una suerte -se trata de una manera de hablar- de movimiento que aglutine el voto útil liberal y constitucionalista que desconfía -ambigüedades ideológicas y política de pactos, por ejemplo- de otros partidos de perfil similar.

Para ello, se necesita un relato creíble de la crisis económica y del «proceso».

Si la izquierda ha elaborado un relato para tiempos de crisis -esa narración tramposa y sin alternativa real que asegura que la derecha utiliza la crisis para destruir derechos sociales y económicos-, ¿por qué la derecha liberal no puede elaborar una narración que -datos en la mano- explique que la estabilidad económica es la condición para garantizar un Estado de bienestar viable y recuperar la senda pérdida del crecimiento?

Si el nacionalismo catalán ha construido la narración engañosa de una Cataluña independiente e idílica, ¿por qué no un discurso que refute las falacias, ficciones y consecuencias del proceso de extranjerización nacionalista y apueste por la unidad por razones de sentimiento e interés? Se dirá que este relato deja libre un espacio de centro que será ocupado -seguirá ocupado- por otras formaciones como, por ejemplo, Ciudadanos o, incluso, el PSC y Unió. Quizá sea cierto. Pero, también lo es que este relato puede permitir que el PPC recupere la abstención sufrida o el voto perdido o extraviado durante los últimos tres años. Pregunta: ¿Xavier García Albiol puede ser -en Cataluña- el substituto de Albert Rivera? Creo que en eso está.