La Monumental es de Balañá

El Ayuntamiento de Barcelona vive su día después del manotazo que ha pegado Ada Colau. Y aunque las cosas parece que van a cambiar, y mucho, en la política municipal, hay una cosa clara y es que en lo concerniente a la lucha por la libertad de ir a los toros, la plaza de La Monumental es todavía propiedad privada, propiedad de la empresa Balañá.

Parece que hay que advertirlo tras las maquinaciones que los candidatos a la alcaldía de las distintas formaciones han hecho sobre el futuro de la plaza, como si el coso tuviera ya un carácter público. Hasta el momento, los usos socio culturales que pretenden la vencedora Colau, el CUP y hasta el PSC, tendrán que pasar por una serie de modificaciones urbanísticas que todavía, que sepamos, no han comenzado siquiera a afrontarse, pues la plaza, repito, es de la familia Balañá, a la que la Generalitat decidió concederle una indemnización de poco más de trescientos mil euros por los daños derivados de la prohibición de las corridas de toros aprobada por el Parlament.

Bien es cierto que nada se sabe si con esa cantidad Balaña se da por satisfecho o busca en despachos públicos una salida a ese inmueble protegido que ocupa una manzana de lujo en la Gran Vía.

Pues ahora que conocemos las intenciones de la mayoría de los nuevos munícipes es también momento de poner las cartas boca arriba sobre el futuro a corto, medio y largo plazo de la plaza de toros de la Ciudad Condal. El recurso contra la abolición se sigue eternizando porque el Tribunal Constitucional no parece encontrar un buen momento para soltar una sentencia que diga de una vez si se saltaron los límites de la Carta Magna al suspender los toros en Cataluña. Y para unas formaciones que se han llenado la boca con la necesidad de la transparencia sea total en las instituciones, no estaría de más que la claridad imperara en todo este embrollo de dar un uso distinto a La Monumental, cuando la plaza sigue siendo propiedad privada.