letras expectativas

Disciplina de la libertad

La historia nos enseña que el respeto a la libertad personal no sólo es la única manera de preservar la dignidad del ser humano, sino también la más eficaz para construir una sociedad más próspera

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

El término «liberalismo» (liberalism, libéralisme, liberalismus) se acuñó en el siglo XIX y proviene, como guerrilla, de una palabra española: «libertad». El liberalismo no es una meta, sino el camino mismo, porque lo que verdaderamente significa es la orientación de toda la actividad humana hacia la libertad. El significado de algunas palabras indispensables se ha convertido en algo tan vago que es esencial que nos pongamos de acuerdo en el sentido en que van a ser utilizadas. Los términos libertad y libertades han sufrido lo indecible. La libertad es el principal valor humano y la más preciada construcción de la civilización, porque nos ha liberado de los humores de la tribu, a la que incluso el jefe tenía que obedecer.

El economista y politólogo Lorenzo Bernaldo de Quirós, autor del libro «Por una derecha liberal2 (Deusto), adapta al momento actual que atraviesa España la magna obra «Los fundamentos de la libertad», de Hayek.

Ante los micrófonos del programa «Converses» de la Cope, el presidente de Freemarket Internacional Consulting sostuvo la tesis de su libro: «el modelo institucional, económico, político y social que nos otorgamos los españoles en 1978 está en crisis y sólo una derecha liberal es capaz de introducir los cambios necesarios para modernizar nuestra democracia».

Derecha y liberal se antojan a primera vista un oxímoron. Por eso Bernaldo de Quirós, que dirige la Fundación Internacional para la Libertad que preside Mario Vargas Llosa, razona que la derecha española debe alejarse del conservadurismo y acercarse al liberalismo sin caer en el centrismo, que en su opinión no es una ideología, sino un talente consistente en no insultar al adversario, lo que resulta insuficiente para gobernar un país.

Como Hayak, el economista español sostiene el principio de la preeminencia de la libertad sobre la igualdad y por ello rechaza restringir la libertad en nombre de la denominada «justicia social», presentada por sus partidarios como favorable para la mayoría en clara muestra de que el fin justifica los medios.

La historia nos enseña que el respeto a la libertad personal no sólo es la única manera de preservar la dignidad del ser humano, sino también la más eficaz para construir una sociedad más próspera.

Hayek, maestro de Milton Friedman, insistía en que la libertad se define por la ausencia de coacción de terceros. Conviene recordarlo ante unas formas de gobierno que ya no respetan la libertad individual y en la que los principales funcionarios se arrogan, ilegítimamente, la capacidad de planificar e intervenir en nuestras vidas.

Urge repensar la disciplina de la libertad.

Ver los comentarios