tribuna abierta

Refundación o refundición

Tras ostentar altas responsabilidades políticas y traspasando puertas giratorias muchos han optado por unos nuevos comienzos excelentemente remunerados

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Willy Brandt, uno de los grandes políticos del siglo pasado, solía desvelar la permanente capacidad de generar nuevos comienzos como la característica más destacada del socialismo democrático, movimiento del cual él fue uno de los grandes innovadores. Viendo como actúan últimamente los socialistas ibéricos, me temo que son legión los que le han malinterpretado.

Tras ostentar altas responsabilidades políticas y traspasando puertas giratorias muchos han optado por unos nuevos comienzos excelentemente remunerados. Peor aún es el caso de quienes en base a su juventud y por lo tanto sin casi poder presentar una mínima hoja de servicios, no solamente malinterpretan a diario al gran Willy sino que lo prostituyen. Y es que me sigue causando estupor esa pléyade de jóvenes verborreicos con la democracia y que concibiendo la política como la promoción de su carrera personal, suelen acabar multiplicando mileurismos en tristes gabinetes institucionales.

O peor, arrastrando un escaño de representación democrática sin la más mínima nobleza política. Se les ve a la legua. Suelo cargar sin piedad contra esa generación de ex-jóvenes airados que aterrizando en la politica de la mano de algún notable, hoy venido a menos, fueron promocionados por la vieja política del «cargo para hoy y hambre política para mañana». Ahora, rondando los cuarenta y tantos , expresan de manera caricaturesca su escaso o nulo empaque político.

Pero vayamos al sector de los que estan en activo y con cierto empaque político. Suelen acumular 30 o más años de cotización a la seguridad social siempre en el mismo ámbito, es decir, ni la «o» con un canuto en el mundo real hecho este que les otorga una gran inseguridad social y de paso les convierte en presa fácil de asesores y faunas de aprovechados. Algunos han acumulado pingües beneficios y en ese sentido me consta que el buen periodismo de investigación está elaborando una lista que va a dejar a más de uno boquiabierto.

Últimamente se les reconoce por la constante expedición pública de un mantra : la unidad y la refundación. Aderezado a menudo y con la boca pequeña, con un discurso anti-corrupción. Quién después de 30 o 40 años en la mêlée no tiene asuntos de los que mejor no hablar. Son los mismos, o casi los mismos sino fuera grotesco señalar que algunos han perdido pelo, encanecido, encorvado o ganado algo de tejido adiposo, que hace 30 años montaban casi idénticas conferencias de refundación. Sería jocoso sino fuera porque el espacio político que representan es necesario en tiempos de crisis y de injusticias. Pero a ellos ya ni se les espera.

En honor a la verdad, los críticos de ese mismo espacio político no andan mucho mejor, suelen acumular idénticos tics organizativos y aristocráticos. En ese sentido, observar las trayectorias y destinos divergentes de los cinco diputados y diputadas en el Parlament conocidos como los «díscolos del PSC» resulta muy clarividente y ejemplar. Para sacar suculentas conclusiones.

Pero no todo es negativo : con mucha inteligencia y algo de tesón, la opinión pública ha conseguido imponer a esos añejos actores políticos la idea de que una regeneración política es urgente, que no pueden volver a pasar 30 años más. Y se lo ha impuesto de la mejor manera : haciéndoles creer que la idea era de ellos. Ahora hay que imponerles, de esa misma manera, la idea de que una refundación ya no es creible si previamente no se realiza una refundición.

Jordi del Río es periodista.

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