A mí, que no me toquen el 27-S

Así, desde luego, no vamos a ningún sitio… ¡Poner bajo los focos al president Mas!... ¡Enfadar hasta tal punto a Pilar Rahola como para obligarle a enseñar la patita sin depilar!... ¡Animar al portavoz Francesc Homs a que despeje cualquier duda sobre su inoperancia (vaya tela lo del elefante) y su ideal democrático (que la corrupción no nos distraiga de la siesta)… Cualquiera que relacione a Artur Mas con el concepto «comisión», aunque sea un concepto tan difuso e inane como la «comisión Pujol», es malo para el convento, o sea, que Oriol Junqueras ha pisado la manguera, y así ni 27-S, ni proceso histórico, ni buen rollito, ni nada.

Cómo se va a llegar hasta Ítaca si se le exige transparencia al timonel, aunque antes fuera grumete… En qué cabeza democrática cabe que el señor Artur Mas comparezca para aclarar cualquier duda, razonable o no, sobre sus implicaciones en los asuntillos de la familia Pujol…, lo que el talante del nuevo mundo que ya avistamos nos exige es que todos enseñemos la patita y «los pelillos, a la mar», a seguir navegando y a la espera de que el de mejor ojo, probablemente Rahola, grite eso de «¡Tierra a la vista!».

Hay páginas menos cuajadas de esperpento en Valle Inclán que en estos escritores del proceso catalán, que nos están llenando el paisaje de «numerónimos» (palabro que tal vez quiera decir fechas señaladas para poner en la pancarta), del 11-S, al 9-N, al 27-S…, y los que se vayan terciando. Hay que comprarse una agenda exclusiva para apuntar las ocurrencias que exija el proceso.

Y habrá quien piense que el mundo sigue, y tal vez tenga razón, pero seguirá en otros lugares que no son este estanque en el que sólo se ven chapoteos, los de los Pujol, los de Mas y Junqueras, los de Homs con la caña de pescar conceptos, los del raholismo, el forcadellismo y el murielismo que ven en el esperpento creciente del proceso unas alitas, flop, flop, que se llevan volando sus intereses. Pero, para que nadie piense que todo es chunga, el juez Santiago Vidal ya tiene lista su propuesta de Constitución catalana, que, según Crónica Global, tiene la pretensión de captar no independentistas. Lógico, elemental: todo el mundo sabe que los no independentistas son constitucionalistas, o sea que, en el fondo, es como cambiarles de compañía eléctrica o de operador de wifi. Con este personal, dan ganas de pedir trabajo en la empresa de Monedero.