punto de fuga

La gran conspiración

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Ese Iglesias encabrita tanto a nuestros libertadores domésticos (véase el aluvión de trabajo extra que les ha caído esta semana a sus muy sufridos plumillas en nómina) que casi me entran ganas de votarle. Es tal la paranoia con el visitante inoportuno que incluso se les ha olvidado que la plaza oficial de Lerroux redivivo se la habían otorgado en propiedad a Albert Rivera. Así, el coordinador Rull, de Convergencia, acaba de dirigirse alarmado a los creyentes para revelar que ese Iglesias resulta ser en realidad un “caballo de Troya”, artero peón de una maquiavélica conspiración orquestada por los poderes fácticos en las más lóbregas trastiendas del siniestro Madrit a fin de tratar de obstruir con sus engaños, embrujos y malas artes el proceso de liberación nacional del país petit.

De creer, pues, al coordinador Rull, Iglesias no es que sea el Coco, asunto ya sabido y comentado, es que esconde algo mucho más terrible todavía bajo su impostada sonrisa mesetaria: el Coco español y españolista.

Sin duda, y aunque únicamente fuese por su indudable superioridad estética, la teoría conspirativa de la Historia resulta mucho más atractiva que cualquier explicación racionalista de cuanto ocurre en la siempre prosaica realidad. He ahí la razón última de que el universo de las novelas de Dan Brown y las películas de Fu Manchú cuente con tan innúmeros partidarios entre los analistas, seguidores y coordinadores de nuestra chusca política local. Los espectadores del vodevil de provincias ansían, exigen diríase, que haya una trastienda secreta tras las falsas apariencias de vulgaridad con que tratan de engañarnos los sentidos. Una arcana tramoya, cuanto más conspirativa mejor, en la que afloren los viles manejos anticatalanes de la Orden Rosacruz, la Comisión Trilateral, el CNI, los Templarios, el palco del Real Madrid, la Francmasonería, la Brunete mediática, Skull and Bones, los Iluminati, la CIA, el Club Bilderberg y el pequeño Nicolás. Lo dicho: si siguen desquiciando al patriota Rull como hasta ahora, les voto. Palabra.

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