coac 2024

Los sacrificaos: El Jona saca todas sus piezas a luchar en el tablero del concurso con su comparsa más combativa

La agrupación vuelve con toda su artillería y las credenciales que le fueron negadas para estar en la final

Duodécima sesión de preliminares del COAC 2024 hoy, en directo: orden de actuación, reacciones y última hora del Concurso del Carnaval de Cádiz

Jaime Cedillo

Cádiz

Comparasa

Los sacrificaos

Imagen - Los sacrificaos
  • Autor Jonathan Pérez Ginel 'Jona'

La comparsa de El Jona no se rinde en la carrera de las comparsas que deben estar (casi) siempre en la final del Falla. Son muchos los que consideran que las dos últimas, 'Los peliculeros' y 'Los originales', merecieron tal reconocimiento. Este año 'Los sacrificaos' se han metido en la piel de obreros combativos para demostrar que la lucha va en serio.

Al fondo del repertorio, una metáfora sencilla pero elocuente y directa que se desvela en la presentación. Son peones de ajedrez, las piezas de un tablero a la merced de los agentes externos, que traducido resultan los poderes fácticos que imponen su dominio en el mundo y, de paso, condicionan nuestras vidas. «Si he de morir lo haré solo por aquello en lo que creo», advierten en lo que suena como una declaración de guerra. Se presentan, por cierto, flanqueados por los muros de Astilleros, icónico sector de la lucha obrera gaditana.

El pasodoble encierra una poderosísima melodía, pero como ocurría en 'Los originales' vuelve a quedarse un tanto largo. Primera letra, de alto contenido emocional, sobre las vicisitudes que un carnavalero experimenta hasta salir en el Falla. La segunda arranca con una corrosiva denuncia a quienes impidieron que Cádiz se beneficiara de los fondos europeos. El desarrollo de la pieza es un paseo por las miserias económicas que ahogan a Cádiz. Doloroso, pero impactante. El grupo, que es un bastinazo, lo defiende con garra.

Una joya en el estribillo

En la línea de los últimos años, los cuplés no son de relleno, como sucede en otras comparsas. El primero, a la moda de los tatuajes en las comparsas. El segundo, a la incidencia del cambio climático en la rutina diaria de la gente. El estribillo es una joya: agita, emociona y embelesa con un trabalenguas excelso que se sirve de palabras homófonas en las que sobresalen la «m» y la «t». Cádiz como destinario, claro.

El popurrí abunda en la metáfora del juego de mesa. Es la parte donde más destaca la presencia del tenor, absolutamente determinante en el resultado vocal de esta comparsa, que entra como un tiro. «Una clase obrera que entre izquierdas y derechas ya no sabe adónde va», desliza entre otros mensajes de importante calado. Y un tanguillo pegadizo para despedirse a la manera más gaditana. «Benditos sean los obreros», cantan. Bendita sea esta comparsa.

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