COAC 2023

Marta Ortiz: «Se cansan de que llevemos un año cantando al feminismo, pero de las letras a La Viña no se queja nadie»

carnaval de cádiz

'Las musas', a la cual su autora considera mejor agrupación que 'We can do... Carnaval', cantará hoy en la tercera sesión de los Cuartos de final

Marta Ortiz, haciendo el icónico gesto de 'We can do it'. FRANCIS JIMÉNEZ
Álvaro Mogollo

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Turno hoy para la comparsa 'Las musas', la agrupación de la que es autora Marta Ortiz y que el pasado carnaval alcanzó la final con 'We can do... Carnaval'. Este año denunciaron en preliminares haber sido objeto de comentarios misóginos por haber pasado a la última ronda del COAC de 2022.

Con la agrupación de este año ahondan en su mensaje feminista pero lo hacen desde la perspectiva de las mujeres que dejan de ser inspiración para ser ellas las que pasan a la acción. Advierte que no piensa cansarse, precisamente lo que denuncia que ha hecho una parte del público tras año y medio de mensaje feminista: «Es curioso, de que se le cante a La Viña o La Caleta no se queja nadie».

-¿Qué sensaciones tiene tras el pase de preliminares?

-Muy buenas, porque la prensa ha sido unánime en su crítica positiva y en las redes, que aunque sabemos que muchas veces no hay que hacerle demasiado caso porque son muy noveleras para lo bueno y lo malo, leer tantos buenos comentarios siempre te alienta. El balance general es positivo, eso es indudable. Es una agrupación que siempre genera una polarización de opiniones y de emociones brutal, pero entendemos que el feminismo es un mensaje bastante molesto para ciertos sectores y bastante necesario para otros. Tenemos asumido que eso va a ser así siempre que hagamos ese carnaval. Y como lo vamos a hacer así porque yo llevo las gafas violetas las 24 horas, pues lo entendemos así y ya está.

-¿Qué le parecen los comentarios que dicen que la temática de la comparsa es igual que el año pasado? El trasfondo es común, pero las obras son diferenciadas.

-Volvemos a lo mismo. Dicho desde la absoluta humildad, falta mucha formación y visión feminista. Si no les gusta ese mensaje, que solo lleva en el Falla un año y medio, pues pueden escuchar el 99% restante y no pasa nada. Resulta curioso que un mensaje tan nuevo tenga tan poco calado, enseguida se cansan de la perspectiva feminista, aunque los mensajes sean diferentes, desde otra óptica. ¿Por qué? Pues porque es muy molesto y tenemos que incidir ahí. Si tanto te molesta escuchar a mujeres cantándole a las cosas que le duelen, eso debería hacérselo mirar quien lo piensa, no quien lo escribe.

-¿Cree que han dado un paso adelante este año? ¿Es esta comparsa más redonda que 'We can do... carnaval'?

-Sí, creo que sí. La comparsa del año pasado creo que no era redonda, lo que pasa es que, pese a sus muchas carencias, tenía un mensaje muy transgresor dentro del teatro, porque fuera ya lo han hecho otras y mucho mejor, muy diferente y que movió cimientos. Eso fue lo que le dio el empujón y esa revolución que ha polarizado. Este año hemos trabajo mucho en equipo, desde el cariño y el respeto absoluto que le tenemos al carnaval, queriendo mejorar todas esas carencias que tienen las novatas, las que tenemos que hacer el camino desde cero. Creo que hemos avanzado y se nota y eso me hace muy feliz.

-Estuvieron en la Final del concurso del año pasado. Había gente que opinaba que otras comparsas tenían más nivel. ¿Piensa que si hubiese sido una agrupación masculina la que hubiese dejado fuera a esas comparsas, el revuelo hubiese sido menor?

-Evidentemente, sí. De hecho hemos tenido compañeros que se vanaglorian de su carácter progresista y de izquierdas, que eso habría que verlo, que seguían llorando en los medios hasta hace poco. Señores muy renombrados que seguían diciendo en los medios que el criterio del jurado era anómalo y extraño. Una forma muy correcta de hacer alusión a nuestra comparsa, se mire por donde se mire. Entonces, si el espacio hubiese seguido siendo ocupado por hombres, no se habría liado. Es insólito que ese análisis exacerbado del jurado se haya alargado hasta pocos días antes de que se iniciase el nuevo concurso. Eso no lo he visto en mis 35 años siguiendo el carnaval como aficionada. Ni con agrupaciones muy cuestionadas. Eso responde a un ejercicio misógino, ya pueden decir misa. Podemos argumentar opiniones de carnaval, solo faltaba. Que para algunos aficionados había comparsas mejores, por supuesto, y es totalmente respetable. Pero no hablamos de eso, hablamos de cómo la misoginia se retrata en comentarios que van mucho más allá de la crítica carnavalera. Y se ha evidenciado.

-¿Qué le pareció la referencia del segundo pasodoble de Martínez Ares en Cuartos («Las niñas amenazadas de muerte» decía el autor en su análisis del carnaval actual»)?

-Se lo agradezco mucho. Además Antonio ha sido una persona que tuvo un gesto loable conmigo, porque en verano quiso quedar conmigo para decirme de tú a tú que le había encantado la agrupación y que junto a 'Los renacidos' era la comparsa que más le gustaba. Imagínate cómo estaba yo porque para mí es un absoluto maestro y referente del que aprender, lleva toda la vida reinventándose. Así que yo flipé. Luego vino a vernos al Pay Pay, que para ese síndrome de la impostora que se apoderó de nosotras por todo lo que tuvimos que vivir, fue un chute de seguridad, motivación y reconocimiento. Tu autoestima sube y vuelves a creer en ti porque a veces se puede perder con tantísimo cuestionamiento. Él tuvo ese gesto y entiendo que ahora lo ha querido transmitir así en el pasodoble y yo se lo agradezco en el alma.

-¿Ese cuestionamiento al que hace referencia hizo que no pudieron disfrutar plenamente de estar en la Final?

-Sí, yo no lo disfruté para nada. Bueno, el pase sí, claro. Pero después de cantar yo me fui a casa. Al final volvemos a lo mismo, que sé que puede ser redundante, pero es así. El patriarcado, con sus formas, te hace sentir impostora en tus éxitos y que estás ocupando espacios que no te corresponden. Cuando llegaba la gente a decirme que no íbamos a ser cuarto premio, sino uno mayor, no sé con qué intención, a mí me asustaba. Primero porque no me creía competidora de las tres comparsas que pasaron, de compañeros que son brutales. Entonces pensaba que si me daban algo más, iba a tener que coger las maletas e irme en carnaval. Me sentía muy chiquitita al lado de los demás por trayectoria y calidad técnica. Me fui con mucha ansiedad porque yo estaba deseando que dijeran que quedábamos cuartas en lugar de desear un premio mayor. Eso no es justo. Para eso estamos aquí, para que eso termine y las mujeres podamos escuchar cómo hemos quedado de una manera tranquila y disfrutona como hacen todos.

-Aunque antes lo hicieron otras, ¿tiene la sensación de que su triunfo del año pasado ayuda a que las niñas y jóvenes se animen a hacer carnaval?

-Creo que sí, sin ser adalides de nada porque el camino ya estaba hecho por muchísimas compañeras antes. Pero sí que se ha visto un claro florecimiento de la participación en autorías y en componentes. Como aficionada creo que el mensaje feminista ha brillado mucho más y que se ha cantado con menos complejo. Quizás sí que tengamos un poco de responsabilidad en eso. Nos mandan vídeos de niñas cantando el repertorio de 'We can do' y a mí eso me llena de felicidad porque aunque el objetivo no era ese, porque no sabíamos la trascendencia brutal que iba a tener y nuestra idea era cantar una vez y para casa, que se haya convertido en referente nos hace ver que la misión está cumplida. Sí que creo que hacen falta muchos más factores sociales, más allá de una simple comparsa de carnaval que es una fiesta popular aunque se le quiera dar más importante, como son la repartición de las tareas o la conciliación real del trabajo, los hijos y las hijas y el ocio, no como algo puntual, sino constante. Para que las mujeres podamos hacer carnaval. Va mucho más allá de que las niñas tengan referentes, hay que hacer un ejercicio de feminismo en todas las casas. Si ha servido a través de lo lúdico, del arte, para que ese mensaje se haga más accesible, bienvenido sea.

-Además de la reivindicación del feminismo, ¿cabe esperar alguna letra a otros temas sociales que le preocupen?

-Muchas, hay tantísimos temas a los que cantar... Veo una tendencia a cantar muchísimas veces a las mismas cosas, que casualmente de eso no nos quejamos. De cantarle a La Viña no se queja nadie, o de cantarle a La Caleta. Que es muy bonito, yo no lo critico. Pero es alucinante que la gente no se queje de eso, o de cantarle a Andalucía, que está estupendo porque como además hay un premio entiendo que la gente le canta por eso. También al maltrato, desde la perspectiva del hombre casi siempre. Pero oye, los cantos desde la perspectiva feminista siguen estando muy ausentes y de hecho cuando se hace, ni siquiera pasan a los Cuartos a de final, que es lo que le ha pasado a Alba Fernández (autora de 'Las guasonas'). Es poco esperanzador que haya pasado esto, que venga una compañera haciendo un repertorio entero, con la dificultad que conlleva, por primera vez, perfectamente cantada, escrita, vestida y tocada y que se quede en preliminares es llamativo. Es un atisbo de que el cambio se produce pero a pasos de tortuga. Respecto a temas de letras: a Irán no se le está cantando nada con la que hay formada, a las mutilaciones femeninas, a la suma del genocidio, a las violaciones en manada, a la compartición de los trabajos y más temas que no puedo decir ahora porque estaría adelantando demasiado. Son cosas que conforman nuestro día a día y la opresión de la mitad de la población que somos, y lejos de repetirse, está todavía muy ausente y debería hacerse más patente en las letras porque estamos peor.

-Cuando les hacen críticas que no tienen que ver con la calidad de la agrupación, aunque no sea agradable, ¿tienen la sensación de que en el fondo les están dando la razón en su mensaje?

-Sí, aunque algunas ya nos la tomamos a risa porque tienen una carga bastante violenta y triste. He llegado a escuchar que la autora y la directora lo que necesitan es una buena... De ese tipo te puedo contar muchos mensajes. Quizás el año pasado te llevabas un disgusto, pero como ahora ya te los esperas, pues los ves desde una perspectiva humorística y con consuelo respecto a la razón, porque va a resultar que no somos tan histéricas ni tan feminazis. El patriarcado, cuando se sacude, salen como alimañas a alimentar esa violencia tan tremenda. Ahí es cuando te reafirmas en la necesidad de redoblarlo. ¿No quieres coles? Pues el plato lleno. Esto lo necesitamos, no ya como comparsa o carnaval, sino como sociedad.

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