De debates y cantera

Siempre me ha impresionado cómo esos niños y niñas se suben al escenario, sin vergüenza alguna, a cantarle a su tierra

Reyes Calvillo

Escribía Kant que la educación es «lo máximo a lo que puede llegar el humano» por el mero hecho de existir. Con esta frase cargada de pedantería se me ocurrió abrir un debate allá por 2008 cuando no tenía ni idea de los postulados de Kant, ni mucho menos de qué era la educación. De haberlo sabido, jamás habría abierto un debate con una falta de respeto como esa. ¿Educación? ¿Quién dirige lo que es o no es eso?

Como se puede adivinar, no fui una niña con mucha calle. Es cierto que saber de filosofía y literatura facilitó a mis padres una crianza relajada, ningún «chico malo» iba a fijarse en mí hablando de Tolkien. A ellos les dio unos años de paz y a mí, a la larga, un poco de guerra. Quizás los niños no deberíamos nunca olvidar que todos esos razonamientos e historias que estudiamos, nacen de la propia vida.

Mi tío Joaquín y mi tía Reyes fueron niños en Cádiz. Vivieron allí su infancia y adolescencia, se enamoraron y crearon un futuro juntos. En ocasiones, rememora que no era sencillo ser un niño en La Viña de los 70, y menos aún cuando tu objetivo era labrarte un futuro como catedrático de universidad. A mí me falta calle y a él le sobra, y supongo que eso es algo que no se puede estudiar.

Siempre me ha impresionado cómo esos niños y niñas se suben al escenario, sin vergüenza alguna, a cantarle a su tierra. Da lo mismo ganar o perder, aunque mejor quedar primeros, si se puede aprender con ello. Qué bonita debe ser una infancia en Cádiz. ME da envidia, la verdad. Yo, que pasé años entre libros y poetas, jamás podré escribir como el hijo que rima sin esfuerzo un cuarteto, como una niña que canta con su hermana en una comparsa, como la nieta que emborrona con el abuelo su primera chirigota… Quienes no somos de allí, jamás tendremos esas Tablas. Jamás tendremos esa Calle. Jamás tendremos esa Educación.

Y pienso que eso, y solo a eso, es lo máximo a lo que puede llegar una persona por la mera razón de existir: a mantener viva su Cultura.

Así que, si alguna vez se me vuelve a ocurrir presentarme a algún debate, creo que abriré diciendo: “Dejen paso a la cantera y vamos a escuchá”

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación