Granada - Cádiz

(Previa) Primera bola de partido en Granada

Una derrota en Los Cármenes anticiparía un descenso que se viene fraguando tras los últimos resultados

Dónde y cómo ver el partido

Sergio y los suyos se la juegan esta noche. Antonio Vázquez

Alfonso Carbonell

El fútbol es ese deporte que ofrece muchas oportunidades para redimirse. Y al Cádiz, este año, le lleva dando muchas. Las últimas dos fueron en Carranza, pero de ellas apenas sacó frutos el equipo de Sergio González, que mejora pero no lo suficiente.

Esta noche, en el Nuevo Los Cármenes, se viene un partido a vida o a muerte para los hombres de Sergio. La banda tiene que responder en la que ya sí se puede considerar primera bola de partido. No se puede perder. Empatar tampoco, un punto siempre te puede alargar la vida para acabar falleciendo algo más tarde. Eso que lleva haciendo el Cádiz en sus dos últimas presentaciones ante su afición. Porque si ya la derrota en Mallorca precipitó la ruina, los dos empates caseros ante Celta y Getafe han venido a darle la razón a los más pesimistas, que suelen ser realistas bien informados.

Pero el fútbol es muy generoso. No es que lo esté siendo con el Cádiz, pero sí con su situación. Que siga con vida después de no haber sido capaz de ganar un solo partido en su casa ya en sí es una quimera.

El caso es que mientras hay vida hay esperanza. Y lo más importante, el pesimismo no está instalado donde verdaderamente se juegan las cosas. El vestuario permanece unido y trabaja en pos de la victoria. Y lo hace gobernado por un entrenador que ha traído cantidades industriales de esperanza y alegría a un equipo que lo necesitaba como el comer. Nada más que hay que escuchar a los jugadores defender los nuevos métodos incorporados por un técnico que ha sabido leer bien lo que necesitaba tanto el grupo de jugadores como la afición.

Y ya no solo son las declaraciones de los futbolistas, esas por las que se traduce que los jugadores van a muerte con Sergio al igual que antes lo fueron con Cervera aunque sin ya fe. Y eso, la fe, mueve montañas. Y las sensaciones, más allá de que no es capaz de ganar un partido, no son malas a decir verdad. El equipo transmite pero no pega. Da pero no recibe. Se entrega pero no alcanza . Parece que sí, pero es que no.

Esta semana lo decía y lo repetía el que le da vida a todo lo anterior. El organizador Rubén Alcaraz insistía en la radio. «Hay que creer. Y si no entra, volver a disparar. No siempre nos va a dar en el palo» , decía el catalán dejando ver lo que se piensa dentro de un vestuario que a todas esas palabras le debe acompañar una victoria.

La ocasión para reafirmar todas esas buenas voluntades pasa por Granada. El rival es el adecuado. Está en una crisis de caballo. Los de Robert Moreno llevan perdiendo cinco jornadas seguidas y las sensaciones, sobra decir, no son las mejores. Está claro que a la directiva nazarí le queda en la recámara la bala de la destitución del entrenador. El desierto que ha dejado Diego Martínez, anterior a Robert en el banquillo granadinista, está siendo un calvario y mientras todo indica desde fuera que mientras más se mantenga en su puesto al que fuera seleccionador absoluto español más podrían crecer las ilusiones cadistas. Y es eso a lo que se agarran hoy muchos seguidores del Cádiz, que estarán en las gradas de Los Cármenes dándole ese impulso a un equipo que lo demanda y lo agradece con su juego, su nuevo juego. Ese que ha dividido a muchos que siguen añorando a Cervera y que hasta se enfadan si a Negredo le da por marcar goles.

Para este encuentro lo más normal, ante la ausencia por sanción del Pacha Espino , es que Sergio vuelva a darle continuidad al sistema que empleó de inicio frente al Getafe. El equipo de Quique, como el de Robert, también juega con una defensa de tres centrales con dos carrileros largos por lo que se avecina un duelo muy interesante y en el que ambos equipo se guardarán la espalda aunque no evitarán los riesgos. Más deberá poner de su parte el Cádiz, que juega en Granada si red.

La baja del lateral uruguayo será suplida por otro internacional, el paraguayo Arzamendia, que en la ida se bautizó como goleador del Cádiz con un chut que rebotó en una defensa y se coló en la jaula. En el otro carril Sergio mantendrá a Akapo, más reservón que Iza, ya recuperado. Chust, Fali y Luis Hernández asumirán la retaguardia con un Ledesma que se encuentra a una amarilla de la sanción. Los exsuplentes del Valladolid San Emeterio y Alcaraz darán el equilibrio y sostendrán a los tres delanteros que volverán a estar en la punta del ataque.Negredo, Lucas Pérez y Lozano son la esperanza.

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