Cádiz Cf

Un mensaje que va más allá de la permanencia

Desde varias aristas del club amarillo se deja entrever que, de cara al futuro, la salvación puede no ser suficiente

Vizcaíno quiere un fortín

Álvaro Cervera pone como ejemplo a la Real Sociedad

La primera plantilla del Cádiz entrena en la Ciudad Deportiva L.V.

Pablo Vallejo

En sus 122 años de historia, el Cádiz Club de Fútbol ha navegado por muchas categorías. Por la que menos, sin duda, la Primera División. Los amarillos afrontan su décimoquinta campaña en la máxima categoría, la tercera de forma consecutiva tras la hazaña lograda bajo las órdenes de Sergio González el pasado curso. La permanencia, por lo tanto es un lujo que muchas veces se le olvida a gran parte de los aficionados.

La campaña que viene será en la que el técnico catalán deba asentarse en los mandos del equipo. También en la que, el propio equipo, quiere asentarse en lo alto de las divisiones de nuestro fútbol. Un objetivo que llegará con el trabajo técnico-táctico del entrenador y su cuerpo, además de la mentalidad del mismo, muy consciente de la inmensa dificultad que entraña hoy en día, donde las cosas parecen haberse igualado, en Primera. Conseguir la permanencia por tercer año consecutivo sería un éxito y, además, histórico, pues los amarillos solo han logrado tal hazaña una vez en su centenaria vida.

El curso pasado hubo que realizar un cambio drástico a mitad de temporada - a tiempo, todo hay que decirlo, a pesar de la difícil decisión - cuando se prescindió de Álvaro Cervera y se orientó de forma totalmente distinta el mercado. Con el agua al cuello, el club se dejó de experimentos y de melones por abrir para pasar al rendimiento inmediato. Un cambio de rumbo totalmente acertado y que se pedía desde hacia varias ventanas de traspasos.

Todo esto ha abierto los ojos de alguna forma a un Manuel Vizcaíno que, nada más lograr la permanencia en Mendizorroza, ya descolocaba a muchos con estas palabras: "Vamos a intentar dar un paso adelante. Yo me meto presión más allá de la permanencia". Un mensaje muy optimista que parece estar calando entre todas las aristas del club, desde jugadores hasta directiva.

No se dice a boca llena, pero, por ejemplo, en el caso de Víctor Chust, el jugador comentó en la rueda de prensa de su presentación que el objetivo es "mantenernos un año más en Primera y disfrutar", a lo que añadía que "quién sabe si podemos apuntar más alto". Un mensaje que Zaldua no ha dicho tan abiertamente, pero ha insistido mucho en "el proyecto". Un proyecto deportivo que apunta a ser ambicioso e ilusionante tal y como transmiten, y que ha servido para convencer a un tipo de futbolistas a los que el Cádiz no aspiraba, o no quería aspirar, hace muy pocos mercados.

La permanencia es el objetivo y eso debe estar más que claro. Aunque los mensajes que se puedan captar desde fuera hablen de que ésta no será suficiente en un medio plazo. Un mensaje ilusionante pero también peligroso, que no debe despistar a los verdaderos protagonistas, que son los que juegan y los que dirigen sobre el césped. La ambición es buena siempre y cuando sea realista y objetiva, y el Cádiz aún necesita varios retoques para ofrecer mayores garantías para la salvación en LaLiga.

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