El Ayuntamiento ha requerido recientemente a la constructora que adecente el solar, donde se acumulan muebles y basura de todo tipo. :: ANTONIO VÁZQUEZ
CÁDIZ

Los vecinos de la Avenida temen «una tragedia» en el solar de Los Chinchorros

Los vecinos de fincas cercanas a Los Chinchorros creen que habrá una tragedia

CÁDIZ. Actualizado: Guardar
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El humo ya se fue, pero el miedo sigue en el cuerpo. Eso es lo que cuentan las personas que viven en las fincas más cercanas al solar de Los Chinchorros, donde el pasado jueves se produjo un incendio que afortunadamente no pasó a mayores.

Los vecinos de las viviendas situadas en la avenida Ana de Viya, cercanas a la Iglesia de San José, y cuyas ventanas, en muchos casos, dan directamente a la pared de ladrillo que les han puesto a pocos metros los promotores del fallido proyecto inmobiliario en Los Chinchorros, estaban ayer preocupados y resignados. «Es que todo lo que se escriba ahora ya suena a viejo, porque llevamos años denunciando lo mismo y nadie nos hace caso», comenta un comerciante de la zona.

Otra vecina de una vivienda cercana confirma sus palabras y añade que ya sabían que algo parecido iba a suceder. «Tal y como está la obra, Los Chinchorros se ha convertido en un foco de tragedias. O va a volver a haber un fuego o se va a producir un derrumbe. Lo estamos viendo, lo estamos advirtiendo y aquí nadie hace nada», dice. De hecho, al incendio de ayer hay que añadir que hace poco se desprendió un balcón de uno de los edificios a medio construir cerca de la calle San Bartolomé.

La imagen de la gran parcela ubicada en paralelo al cementerio de San José es deplorable. En torno a las edificaciones prácticamente en esqueleto de ladrillo y madera, soportadas por puntales y rodeadas de redes, se acumulan kilos y kilos de basura. Desde las ventanas de los edificios cercanos se aprecian colchones, muebles de todo tipo, una vegetación abundante y animales, perros, gatos, multitud de insectos y, dicen los vecinos, que ratas y murciélagos. De hecho, medio en broma, comenta el propietario de uno de los pisos cercanos, separado apenas cinco metros de los inmuebles a medio construir de Los Chinchorros, que «el que se ha hecho de oro es el que nos ha instalado a todos las mosquiteras para que los murciélagos no entren por las ventanas».

Tampoco están contentos los vecinos con la presencia constante de personas dentro de los edificios abandonados. Casi todos coinciden en que no son especialmente molestos, pero se quejan de que ensucian el solar. Eso sí, a la hora de buscar un responsable del estado de Los Chinchorros no dudan en señalar a la empresa constructora. «Ellos son los que no sólo han dejado tiradas a un montón de personas que han dado un dinero y ahora muchos están malviviendo en casas de familiares, sino que encima ahora ni se preocupan de cómo está el solar. Que terminen las obras o que tiren lo que han dejado a medias, pero así no se puede quedar esto más tiempo», comenta otro residente de la zona. El mismo asegura que él personalmente ha advertido hace pocos días a un concejal del Ayuntamiento de Cádiz del estado de la zona, pero lamenta que tampoco haya actuado antes de que se produjera el incendio.

La propia alcaldesa de Cádiz, Teófila Martínez, decía ayer que no disponía de todos los datos referentes al incendio, pero quiso aclarar que desde el Ayuntamiento, «como pasó con el Garaje América, hemos estado enviando requerimientos para la limpieza del solar, y de hecho hace unos meses realizamos una obra subsidiaria para hacer algunos cerramientos».

Okupas

Evidentemente esto no ha sido suficiente, puesto que las personas que entran a diario en las fincas vacías, acceden a la parcela cerrada a través de los muros que la rodean, especialmente el situado en el Pasaje de San Leonardo, al que incluso le han quitado varios bloques para facilitar la entrada.

La mayoría de los que entran allí, especialmente para pernoctar, son personas sin hogar que pasan el día pidiendo limosna en las cercanías. Pero también dicen los vecinos que con frecuencia se ve entrar a toxicómanos que acuden allí a consumir drogas y a jóvenes que ven como una aventura el colarse en un territorio prohibido. Se desconoce si alguno ha podido tener algo que ver con el incendio que afectó a la planta baja y a los pisos segundo y tercero del edificio situado entre la calle Marqués de Copranis y la avenida Ana de Viya. De momento se desconoce la causa de los hechos, aunque una vecina comentaba ayer que desde la playa pudo oír un ruido muy fuerte, «como si hubiera habido una deflagración», poco antes de que se pudiera ver la columna de humo.