Oficinas de Dragados en La Cabezuela, con el puente de fondo. :: ANTONIO VÁZQUEZ
CÁDIZ

La obra del puente se apaga con los últimos coletazos en el tramo de La Cabezuela

Varias cuadrillas rematan la faena de encofrado y hormigonado en el tablero de Puerto Real bajo la orden de cese total a partir del próximo 21 de agosto

CÁDIZ. Actualizado: Guardar
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Incertidumbre y desolación son los dos sentimientos que afloran entre las cuadrillas de obreros del segundo puente que quedan en estos momentos a pie de obra. Unos 60 trabajadores rematan a toda prisa la faena pendiente en el tablero que discurre entre los pilares centrales y el Bajo de la Cabezuela. LA VOZ recorrió ayer varios tajos, concretamente los que se encuentran desde el Río San Pedro hasta el entronque con la pila 13, junto a la planta de Dragados Offshore, y pudo comprobar como la construcción del nuevo acceso a Cádiz languidece por días a raíz de la orden de paralización emitida el pasado miércoles por Dragados a las subcontratas.

El servicio jurídico de la empresa adjudicataria del proyecto ha aprovechado el mes de agosto para elevar ante el Ministerio de Fomento un expediente de modificación, que recoge los cambios más importantes que ha tenido la obra desde sus inicios en la primavera de 2007 y que, sin embargo, no se encuentran recogidos en el pliego de condiciones generales, objeto de la adjudicación. Dragados pide cuentas, entre otras cosas, por la reordenación de la glorieta de El Corte Inglés y por el tramo desmontable. Ambas modificaciones se cerraron, una vez que la obra fue adjudicada. Cabe recordar que el desembarco del tablero en la ciudad de Cádiz se proyectó inicialmente a través de una glorieta aérea y un paso subterráneo que permitía la conexión del tráfico de las avenidas de la Bahía y Las Cortes. El diseño fue rechazado por el Ayuntamiento, que consideraba que los muros de túnel provocaban un efecto barrera que separaba los barrios de Astilleros y La Paz. Esta iniciativa tampoco contó con el apoyo de los vecinos. Los técnicos de Fomento tuvieron entonces que redactar una modificación para rebajar el desembarco del tablero a cota cero y abrir una gran glorieta frente a El Corte Ingles, regulada por semáforos. La segunda modificación puntual tiene que ver con el tramo móvil que diseñó Javier Manterola, autor del proyecto. Manterola quiso facilitar el paso de grandes barcos con un tramo móvil. Sin embargo, Fomento, en manos entonces del Gobierno del PSOE, la desestimó y optó por una oferta menos costosa como es la del tramo desmontable. Ambos cambios son ahora el objeto de la discordia y del parón.

La constructora ha tenido muy en cuenta las herramientas que le ofrece la ley de Contratos del Estado para paralizar la obra hasta que se resuelva el expediente. Sin embargo, Fomento trata de contrarrestar la medida con algún resquicio legal que le ofrece la normativa sobre Economía Sostenible y ordenar la reactivación inmediata.

La ley fija en ocho meses el plazo máximo de negociación del expediente, aunque se da por hecho que el parón será de unos cuatro meses. Todo apunta a que el acuerdo llegará, en el mejor de los casos, en octubre. De momento, la fecha de inauguración del segundo puente se aleja de los plazos marcados a primeros de 2014. El objetivo de Fomento era abrir el puente en vísperas de las elecciones municipales de mayo. La ministra Ana Pastor destacó el pasado noviembre durante su visita a Cádiz, que no había razones para paralizar la obra, ya que contaba con financiación asegurada. Los motivos, desde luego, han sido otros. El puente se adjudicó en 2006 a Dragados pro 273 millones de euros y 42 meses de ejecución y suma ya 473 millones y dos años de retraso

Este periódico se hizo eco el mismo miércoles por la tarde, a través de su web, lavozdigital.es, de la medida de Dragados. Desde entonces, el cese de actividad ha sido escalonado. En estos momentos, la actividad es nula en la orilla de Cádiz y muy baja en su lado opuesto. Varias cuadrillas daban ayer los últimos coletazos a las labores de hormigonado y encofrado que se desarrollan en distintas secciones del tablero, sobre todo, en el tramo que se eleva desde las inmediaciones del dique de Navantia hasta su conexión con la estructura atirantada. Las empresas que se encargan de estos trabajos han ido ejecutando la orden de Dragados cumpliendo tiempo y forma. Así, algunas de ellas dieron la pasada semana vacaciones forzosas a medio centenar de operarios eventuales que, además, recibieron el preaviso de despido si la obra no se reactiva a su vuelta.

La situación era ayer incluso más incómoda en los tres tajos que permanecen aún operativos, incluido el de las grúas de los ejes centrales. Algunos trabajadores confirmaron que se han cambiado los turnos y se ha concentrado al personal que queda para rematar la faena pendiente. Con esta actuación se pretende dar por finalizado el trabajo a partir del próximo 21 de agosto. Es decir, la obra quedará totalmente paralizada a finales de la próxima semana hasta nuevo aviso. Solo quedará un servicio de mantenimiento y seguridad. El parón que sufre el puente.