Se atasca el banco 'malo' para salvar empresas en problemas

Medio año después de que el Gobierno pusiera por vez primera sobre la mesa la posibilidad de crear un banco 'malo' para rescatar empresas en serios problemas económicos, si bien que tengan visos de ser viable, el proyecto parece atascado en la letra pequeña.

El comité creado por las seis principales entidades financieras nacionales (Santander, BBVA, CaixaBank, Bankia, Popular y Sabadell) ha aplazado a septiembre las negociaciones para un acuerdo sobre la remuneración que tendrán los gestores de la empresas que integren ese fondo de capital riesgo. Esa es la fórmula por la que parecen haber optado para aparcar en él esas compañías teóricamente quebradas.

El plan es canjear su deuda por participaciones empresariales -que les darían la mayoría de control (sin verse obligadas por ello a lanzar una OPA si superan el 30%, como prevé la ley) y se gestionarían desde el fondo-, lo que aminoraría el impacto en los fondos propios de las entidades financieras. El problema es que lo que ganarían liberando provisiones por ese pasivo lo perderían al tener que elevar su capital, como exigen las normas de Basilea III.

De ahí la necesidad de que el vehículo canalizador sea un fondo -aunque también tiene limitaciones y no se descartan alternativas de última hora-, que ha pasado de llamarse Midas a Proyecto Fénix por lo controvertido del primer nombre. Los bancos serían sus socios, pues se ha descartado una participación pública que sí hubo en la Sareb, el banco 'malo' al que se traspasaron los activos tóxicos (inmobiliarios) del sector financiero.

Otro de los puntos en discusión es que todos los bancos acepten participar del proyecto; de lo contrario, los seis grandes optarían por desarrollar el suyo. También están pendientes las condiciones de gobierno corporativo y de las empresas seleccionadas, a priori Válvulas Arco, Condesa, GAM y Ros Casares.