CÁDIZ

El centro vuelve a ser atractivo

Decenas de comercios han abierto sus puertas en la zona en los últimos meses

CÁDIZ. Actualizado: Guardar
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Las calles más comerciales de Cádiz vuelven por sus fueros. En el casco histórico se han producido en los últimos meses toda una serie de aperturas que han venido a dar de nuevo vida a vías tales como la calle Ancha, Columela o San Francisco, que desde el comienzo de la crisis habían asistido al cierre paulatino de decenas de negocios, en muchos casos con décadas de antigüedad, casi todos pertenecientes al grupo del comercio tradicional.

Si a estas alturas del pasado año 2013 se hablaba de un aspecto desolador en la calle Ancha, o de la estampa muy inusual de los escaparates vacíos en una calle tan transitada como Columela, en estos momentos se puede decir que el panorama ha cambiado. Esto no significa que haya pasado la crisis. Las tiendas siguen subsistiendo a duras penas, vendiendo lo justo para llegar a pagar el alquiler y los gastos de personal a final de mes, a veces ni eso. Pero se puede decir que en este caso sí que se ven los brotes verdes. De momento son eso, brotes, no se sabe si crecerán, pero la sensación del que pasea por la calle y de nuevo ve carteles de próximas aperturas, de ofertas, es esperanzadora.

En la calle Ancha quedan cuatro locales sin ocupar, repartidos en toda la extensión de la vía. Nada que ver con la hilera de barajas echadas de hace unos meses. En Columela apenas quedan un par de huecos con los escaparates vacíos. Se nota además un repunte de las aperturas en San Francisco y en calles cercanas, como Barrié, Rosario o José del Toro, también está cambiando el panorama desolador de los últimos años.

Al menos se ha dado un paso para dotar de nuevos alicientes a la zona comercial, lo que no implica que la mejoría se esté notando de la misma forma en el nivel de ventas. Así al menos lo aseguran algunos de los propietarios de los negocios. Ana Sánchez, de la tienda Noa, en la calle Ancha -una de las valientes que se ha embarcado en la aventura comercial en plena crisis-, dice que «se nota que la gente tiene ganas de consumir, sale más, viene a mirar, pero aún no se atreve. Los que estamos abiertos llegamos a final de mes a duras penas».

En la misma línea se pronuncia el encargado del Bar Liba, Carlos López. «Simplemente el hecho de que haya más gente trabajando en las tiendas de esta zona es positivo, porque si salen a tomarse un café vienen a los bares cercanos. Y es cierto que se ve más gente pasando por la calle, pero debe ser porque ha llegado el buen tiempo, porque a nivel de consumo no se nota», dice.

Diversificación de la oferta

A pesar de todo, cada vez son más los que se animan a emprender. Y al tiempo la oferta se diversifica, porque, por ejemplo en la calle Ancha, ya no sólo hay negocios de ropa y locales de hostelería, sino que en el entramado comercial se intercalan las tiendas de ese tipo con las de videojuegos, papelerías, telefonía, panaderías o incluso, una de las más recientes, una clínica dental. Y la tendencia continúa. La mejor prueba está en estos momentos en el tramo de la calle Columela más cercano a la plaza de las Flores, donde se están ultimando las obras para adecuar para su apertura inminente dos locales de gran tamaño, que albergarán un negocio de complementos y una perfumería.

En este nuevo florecimiento comercial han influido varios factores. El primero es la necesidad, ante los elevados índices de paro, de optar por el autoempleo. El segundo es el impulso como destino turístico que Cádiz ha recibido desde la celebración del Bicentenario de la Constitución de 1812, y muy especialmente en lo relacionado con el sector de los cruceros, después de que la ciudad se haya colocado como el segundo destino en la España peninsular en cuanto a la llegada de grandes buques. Otro es el movimiento en torno a la Mesa del Comercio, que ha conseguido sentar por fin al Ayuntamiento con las asociaciones de comerciantes, y los acuerdos para promocionar el comercio gaditano que se han alcanzado en este foro.

No obstante, hay que seguir trabajando en ese sentido. Precisamente, esa es una de las quejas de algunos de los comerciantes consultados, que consideran que los últimos esfuerzos por mantener abiertos sus negocios en jornadas festivas pero con gran afluencia de cruceristas no se han visto correspondidos con un seguimiento municipal para conocer el resultado de la experiencia, que según Ana Sánchez «ha sido una ruina, porque se han preocupado más de saber el número de comercios que se iban a abrir que del número de turistas que se iban a quedar en la ciudad, cuando la mayoría se montó en autobuses que los llevaron directamente a ver el ambiente de los preparativos de la Feria de Sevilla o a los pueblos blancos».