Suárez, la realidad y la concordia nacional

La tibieza, en cuestiones fundamentales de algunos políticos está haciendo mucho daño a la convivencia de los españoles. No se entienden fácilmente ciertas críticas, lanzadas por políticos, supuestamente de ideología «progresista», al funeral de Estado de Adolfo Suárez. Que si el himno nacional sonó cuando no procedía; que si Rouco, el cardenal arzobispo de Madrid está fuera de la realidad. Ninguna persona, tenga las ideas que tenga, está fuera de la realidad cuando defiende la unidad de España, ni cuando se advierte del riesgo que supone resucitar los fantasmas de un pasado, supuestamente ya lejano y enterrado, pero que, con cierta frecuencia, parece que se quiere convertir otra vez en presente.

Han pasado ya varios días y aún se sigue haciendo críticas hacia los actos de despedida del presidente Suárez. Precisamente, la gran herencia política y social que nos ha legado es la del gran estadista que supo cerrar las heridas y conseguir la reconciliación, en democracia, de tantos españoles tan distintos y distantes.