Vista de palcos y del Gallinero durante una sesión de preliminares. :: V. LÓPEZ
CÁDIZ

Un paraíso a prueba de fugas

La primera fase del Concurso se salda con éxito de convocatoria pese a las ausencias, con escasez de polémicas y la reaparición de letras de intenso contenido políticoLa duda sobre un bajón en la venta de entradas quedó resuelta con un inesperado récord: se agotaron en apenas cuatro días

CÁDIZ. Actualizado: Guardar
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Todo el mundo aspira al paraíso, sea cual sea la religión que profese. Incluso si no tiene ninguna, aspira a disfrutarlo en la tierra. Los aficionados al Concurso Oficial del Carnaval de Cádiz, también. Tienen el suyo propio, particular y concreto. Sueñan todo el año con la estancia en ese edén, bien el de madera de la zona superior del Gran Teatro Falla, bien en el remedo que cada cual se construye en su casa con auriculares o pantallas. El ritual de cada final de invierno para miles de fieles, en Cádiz y fuera, no pierde fuerza a pesar de enfrentarse a la mayor y más organizada rebelión que ha conocido al menos en lo que va de siglo. Apostasía. El poder de convocatoria se mantiene intacto a pesar del gran éxito con el que dos grupos punteros, la comparsa de los hermanos Márquez Mateo y la de Juan Carlos Aragón, han iniciado una gira paralela de actuaciones por toda Andalucía.

Cabe pensar que hay público para ambas propuestas. El Carnaval parece resistirlo todo. La organización del certamen gaditano permanece intacta. Las polémicas han sido menores y, todas, externas. Eso sí, el contenido de las letras se ha cargado de mensajes políticos críticos, reivindicativos, iracundos. Si los repertorios de los grupos se toman como un sondeo del estado de ánimo del ciudadano común de esta parte del mundo, queda claro que está de los nervios, harto de estar harto y soltando espuma por la boca. Tras la primera selección realizada por el Jurado Oficial en la madrugada de ayer domingo y tras la clasificación de 54 grupos, las primeras conclusiones del Concurso de 2014 pueden resumirse en cuatro apartados.

Sin trifulcas

Ni sanciones ni polémicas

Las polémicas que han acompañado la fase inicial del Concurso 2014 han sido menores y, en todo caso, externas. El número de penalizaciones a los grupos se ha rebajado notablemente respecto al año anterior. Se han producido tres, más una descalificación. Menos de la tercera parte. Cabe pensar que todos los participantes han aceptado las reglas, que hay mayor cuidado en los tiempos de montaje, que se ha flexibilizado el arbitraje.

El desencuentro respecto a las credenciales de prensa para medios digitales, con ser trascendente, resulta tangencial para el aficionado. Demuestra que es necesaria una adaptación a los nuevos formatos y que alguien debe empezar a tomar la desagradable decisión de dejar medios fuera, no sólo digitales. El auge de internet ha incrementado su número y el Falla tiene limitaciones. El error de la organización ha sido dejar la decisión para última hora. Las quejas sobre el tardío horario de las funciones, las dificultades para renovar acuerdos por retransmisiones televisivas o la conveniencia de realizar preselección son debates que permanecen tal cual estaban. Ni desaparecen ni arrecian.

Récord en taquilla

Tres días y medio

Había dudas sobre el poder de convocatoria del Concurso del Falla de 2014 por el pulso que dos comparsas mantienen con la organización. Sin novedad. Esas dos agrupaciones llenan cada uno de sus pases pero el certamen gaditano ha batido el récord de venta de entradas. Ni cuatro días duraron puestas a la venta, de forma combinada, entre internet y la nueva taquilla del Ramón de Carranza. Hubo algunas quejas leves por dificultades y esperas para obtenerlas por la red, se vieron grupos que pernoctaban en la cola pero, como resumen genérico, cunde la sensación de que todo el público obtuvo lo que buscaba.