Díaz: «¿Qué les vamos a decir a vuestros hijos, que sus padres son extranjeros?»

Una catalana de origen andaluz ya pensionista se dirige a Susana Díaz: «¿Y de dónde eres?» «¡Yo soy de Triana!», le responde de forma espontánea la presidenta. Más trianera que sevillana y más española que andaluza, Susana Díaz dedicó su primer día en Cataluña a insuflar ánimos a los socialistas catalanes y a su secretario general, Pere Navarro, en un mitin en Hospitalet, granero de votos sociastas. Es decir, en un ambiente amigo.

Los socialistas catalanes viven días difíciles. Atrapados en lo que la presidenta describió como un choque de trenes entre «separatistas» y «separadores», el PSC intenta curar las cicatrices de una división interna entre los que defienden la participación en la consulta soberanista y los que, como ahora Pere Navarro y la cúpula socialista, la rechazan y abogan como la andaluza por un estado federal como salida al dilema separatista. Las encuestas le auguran malos resultados y tres de sus diputados han sido expulsados por defender el referéndum propuesto por Artur Mas. Con este panorama Díaz ha sido recibida con los brazos abiertos.

Una anécdota ocurrida en el mitin describe muy bien la situación. Durante su intervención Pere Navarro recordó las discrepancias con Díaz sobre el conflicto catalán y las discusiones «vivas» que tuvieron hasta que después de la conferencia de los socialistas de octubre dejó de defender el derecho a decidir, es decir, la consulta de Mas. «Tenía razón Susana», le gritó alguien desde el público sentado detrás del catalán. «Esto ha sido por la espalda», replicó en tono de broma Navarro, lo que provocó risas.

Ayer Díaz escenificó un apoyo sin fisuras a Navarro con claros mensajes a los socialistas menos convencidos de que no hay que apoyar a Mas. Subrayó su «valor» frente a políticos de «mucha impostura» que solo dicen lo que «la gente quiere oír». «Cuando salen personas comprometidas que dicen lo que necesita su tierra, son incomprendidas», enfatizó.

Hospitalet es una ciudad dormitorio de Barcelona de alrededor de 400.000 habitantes, muchos de ellos de ascendencia andaluza. Está considerada como uno de los graneros de votos del PSC. Su alcaldesa, Nuria Martín, es socialista alcalde de Hospitalet fue el exministro de Trabajo Celestino Corbacho. Tanto este como el expresidente de la Generalitat José Montilla, catalán hijo de andaluces, estaban entre el millar de personas presentes en el mismo centro de convenciones La Farga que Díaz visitó siendo consejera de Presidencia hace un año.

Dilema

Ante este auditorio cómplice, Díaz se cuestionó sobre el dilema que puede planteársele a la mayoría de catalanes hijos de andaluces y extremeños si prospera la independencia. ¿Qué les vamos a decir a vuestros hijos, que sus padres son extranjeros?, espetó, recibiendo aplausos.

La presidenta andaluza, que se entrevista hoy con Artur Mas, también le envió un mensaje. Le pidió que se dedique a gobernar y no se arroje al «precipicio» independentista. Díaz cree que los socialistas tienen el deber de equilibrar entre los «separadores» y los «separatistas», en alusión a los gobiernos de Rajoy y Mas. Al del PP le acusa de enfrentar a las comunidades con Cataluña para tener una excusa y «recentralizar» el estado autonómico; al ejecutivo de Mas le reprocha que arroje a Cataluña a la «soledad» por su incapacidad para enfrentarse a la crisis. "No se puede culpar al otro de todo lo que sucede. Hay que estar a la altura cuando los ciudadanos lo pasan mal. Cuando estás en el precipicio, no puedes liarte la manta a la cabeza y seguir adelante», manifestó. «Los catalanes no quieren la independencia, lo que quieren es mejorar», remachó.

Susana Díaz zahirió al Partido Popular por sus problemas internos. «Llevan tres días intentando convencernos de que no están peleados», dijo en alusión a la convención de Valladolid. «Peor está el PP en Andalucía -añadió parafraseando a Pirandello- andan como en un teatro, como personajes en busca de autor». Es de las pocas veces que Díaz ironiza sobre la larga espera del sucesor de Zoido.