La primera Erizada sin El Erizo

Aunque se están haciendo todos los esfuerzos posibles por no perder uno de los eventos más tradicionales de la ciudad, la celebración de la Erizada ha estado este año en el aire. Tanto es así que, aún a día de hoy, no se puede dar por segura. El motivo es que la entidad que llevaba 33 años organizándola ha desaparecido. La Peña El Erizo cerró sus puertas hace unos meses ante la imposibilidad de hacer frente a los gastos necesarios para mantener abierta una entidad que cada vez contaba con menos socios.

Aun así, el que desde hace quince años ha sido presidente de la peña, Antonio Rueda, explica que la intención de los socios que quedaban siempre ha sido la de mantener el festejo, más allá de contar con una sede física en la que poder reunirse. Algo parecido hacen los socios de la Peña El Molino, que sin tener un local en el que reunirse a diario mantienen la organización de la Ostionada.

Pero no puede ser. La salud no acompaña a Rueda y sin su impulso ya se sabe que El Erizo, o lo que queda de su espíritu, no va a organizar el evento gastronómico.

Desde el Ayuntamiento se es consciente de la importancia de esta fiesta a nivel turístico y por su simbolismo como pistoletazo de salida para el resto de actos relacionados con la celebración del Carnaval. Cada año miles de personas se reúnen en torno a La Viña para degustar los erizos y escuchar las primeras coplas del año, con el correspondiente efecto positivo para la economía local, y esa circunstancia no se puede desaprovechar. Por eso el concejal de Fiestas, Vicente Sánchez, viene hablando desde hace semanas con la Federación de Peñas y Entidades Caleteras sobre la posibilidad de que asuma la organización de la que será la XXXIV Erizada Popular.

El propio Antonio Rueda comentaba ayer que «hasta donde yo se no se va a celebrar, pero estoy pendiente de que me den una respuesta desde la Federación de Peñas». Parece que esta va a ser positiva. De hecho, ya se están viendo las distintas opciones que existen para afrontar la organización. Una de ellas, la más lógica, es la colaboración de los establecimientos hosteleros de la zona, aunque algunos responsables de negocios de la zona de la calle La Palma, los más numerosos, no están muy contentos con la intención de trasladar el tablao para las actuaciones y la barra para el reparto de los erizos a la plaza de la Reina -el solar donde se iba a construir el Museo del Carnaval-.

A pesar de todos los obstáculos, todo hace indicar que hay buena disposición para no dejar perder el que está considerado como el festejo gastronómico por excelencia de las fechas previas al Concurso Oficial de Carnaval. Precisamente su celebración volvería a coincidir con el fin de semana anterior al inicio del certamen del Gran Teatro Falla, el domingo 26 de este mes de enero.