Cuando los ingredientes son el problema

Para elaborar los dulces navideños se necesitan una serie de ingredientes básicos que, en principio no parecen muy complicados de encontrar: almendras, piñones, azúcar, canela, manteca, harina... Pero no es lo mismo hacer un postre para una familia media que para la mitad de las familias de la provincia. Y cuando una de estas piezas del rompecabezas que supone elaborar un amarguillo, un polvorón o un alfajor no encaja con el precio, comienzan los problemas. «Nuestra intención es siempre tratar de mantener el precio final cuando un ingrediente se encarece, pero a veces resulta imposible», insiste José Joaquín Barrios. Este año, el ingrediente que les ha jugado una mala pasada ha sido el piñonate. «Nosotros trabajamos siempre con productos tradicionales, y los piñones que empleamos en nuestras recetas provienen de Doñana, de los pinos de allí; este año el precio ha estado por las nubes, como a unos 60 euros el kilo», explica Barrios.

El problema con el que se encontraron sus vecinos de Sobrina de las Trejas fue, recientemente, el del azúcar. No es que estuviese cara es que, simplemente, no había. «Es paradójico que se estén dejando de sembrar los campos y desmantelando las azucareras cuando la demanda está al máximo; es más, en uno de los pedidos nos tuvieron que traer el azúcar de Alemania y, en otro, encargamos una tonelada de azúcar y sólo nos trajeron 500 kilos porque no podían más», comenta Fermín Mesa, que ahora se ríe al recordar cómo hicieron el aprovisionamiento: «Tuvimos que ir por los supermercados comprando los kilos porque teníamos que seguir fabricando».