Josep Antoni Duran Lleida, Jordi Pujol y Artur Mas, durante la reunión de la Ejecutiva de CiU, ayer, en Barcelona. :: TONI ALBIR / EFE
ESPAÑA

CiU admite que el descuelgue del PSC supone un serio revés para su proyecto soberanista

El consejero de Economía sostiene, aun así, que el Estado catalán llegará tarde o temprano si el Ejecutivo mantiene una posición «extrema»

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CiU ya se ha convencido de que no podrá contar con el PSC para configurar un frente soberanista que reclame un referéndum sobre el futuro de Cataluña. Un día después de que el Partit dels Socialistes de Catalunya (PSC) oficializara su desmarque de la hoja de ruta hacia la consulta, la federación nacionalista admitió que la decisión de los socialistas catalanes deja cojo el proceso en el que pretendían embarcarse. «Siempre hemos defendido que la unidad era muy importante, que el tren, cuantos más vagones, mejor para Cataluña, y que se descuelgue el PSC debilita al tren y refuerza a Rajoy», expresó el número dos de la formación nacionalista, Josep Antoni Duran i Lleida.

El frente proconsulta no sólo sufre un serio revés por una cuestión numérica, ya que el amplio consenso del que siempre ha hecho gala Artur Mas cae del 80% al 64% de los diputados de la Cámara, menos de dos tercios de los escaños necesarios para reformar una ley importante, como por ejemplo el Estatut, sino también por lo que representa el PSC y su condición de partido no nacionalista y hermano de una de las dos grandes formaciones de ámbito estatal, lo que daba al frente proreferéndum un cariz más transversal.

El líder de Unió, que el domingo afirmó que el proceso soberanista «acabará mal», era uno de los máximos defensores de que el PSC se mantuviera en el tren soberanista, ya que su presencia hacía de contrapeso de las posiciones más independentistas de Convergència y Esquerra, de las que Duran está muy alejado. «El PSC nos falla en el momento más trascendente de la reciente historia de Cataluña», señaló. El adiós socialista deja al democristiano en una posición muy incómoda, sobre todo en la negociación de la fecha y la pregunta de la consulta que Mas y Junqueras quieren presentar a mediados de diciembre.

A pesar de la baja del PSC, Duran, que teme que Iniciativa también pueda descolgarse, expresó la voluntad de la federación nacionalista de continuar con la hoja de ruta que contempla la celebración de una consulta el año que viene. Antes de Navidades, el Parlamento catalán tiene previsto votar -con el no del PSC- una solicitud para que el Gobierno transfiera a la Generalitat la competencia para convocar referendos. Después se dará a conocer la fecha y la pregunta del referendo y puede que se apruebe la ley de consultas.

Decisión autónoma

Los socialistas, en todo caso, siguen moviéndose con pies de plomo. El viraje de Navarro, largamente esperado por la dirección federal e incluso preparado entre bambalinas de manera conjunta, fue recibido con satisfacción en los cuarteles generales del PSOE, pero en público el secretario de Organización, Óscar López, contuvo su entusiasmo. Si algo utilizan los nacionalistas para desprestigiar al PSC es su dependencia de Madrid y, aunque la discrepancia sobre el llamado derecho a decidir ha acentuado el perfil propio de los socialistas catalanes, sigue habiendo temor a ese discurso que los presenta como títeres. De ahí que el número tres del PSOE se limitara a apreciar que el PSC se centre ahora en subrayar lo que les une, que insistiera en que el no a una consulta que no sea legal y pactada es fruto de una decisión «autónoma» y que pusiera en valor el modo en el que fue tomada, por votación individual y secreta.

Ahora la formación de Navarro tendrá que ver cómo navega la ola soberanista que ha tomado las calles. El consejero de Economía de la Generalitat, Andreu Mas-Colell, se mostró convencido de que no se trata de una fiebre que va a acabar por «desánimo» o porque la situación económica cambie. Es más, aseguró que, si la línea «extrema» del Gobierno central prevalece, Cataluña tendrá Estado propio «en esta generación o en la siguiente».