Tribuna

Tenemos un plan

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Ni usted ni yo estaremos, afortunadamente, aquí para contarlo. Ni los hijos de los hijos de nuestros hijos ni su descendencia, ni aunque escribiésemos nuestra genealogía al más puro estilo bíblico nos alcanzaría la palabra para nombrar a los que dentro de cinco mil años verán desaparecer del mapa -nunca mejor dicho- a nuestra ciudad, cuando los polos se derritan por completo. Lo han confirmado los de National Geographic, aunque me da igual porque lo podría haber dicho el doctor Grijan Demor, el gran Carmelo de Cádi -que ya lo dijo- o cualquier maravillosa universidad privada norteamericana de esas a las que el sistema educativo español y la ley de Wert con sus sí pero no -lo de las becas Erasmus es sólo un ejemplo- les trae sin cuidado.

Cádiz desaparecerá para siempre en cinco mil años y no habrá quien la llore, ya lo sabe. Aunque según el informe también desaparecerán Londres, Venecia, Copenhague, Nueva York, Buenos Aires, y El Cairo, ciudades en las que los estudios de la National Geographic seguramente no habrán causado la alarma y el revuelo que la noticia del hundimiento gaditano ha provocado en nosotros. «¡Qué miedo, ío!. Fíjate, que han dicho que Cádiz se hunde» decían el otro día en la Plaza, como si alguno de los presentes fuera a notificar el momento triunfal en el que las aguas nos cubran por completo. Es la novelería congénita la que nos arrastra a la tragedia, que se hunde Cádiz, que se hunde. ¿no quedamos en que ya estaba hundido?

De momento, parece que no y me alegro mucho. Son dos las iniciativas ciudadanas que se han presentado en las últimas semanas, dos iniciativas que llegan dispuestas a besar a la bella durmiente a ver si, por fin, se despierta de su letargo. Dos iniciativas en apariencia bien distintas que confluyen, sin embargo, en su declaración de intenciones. 'Cádiz Habla' es el canal de Youtube, «un canal donde su única bandera será el pueblo de Cádiz», que según Juanlu Cascana viene «no a destruir sino a construir» la imagen de la ciudad, esa imagen que ha dejado de sonreír y que ahora «funciona», según la oficialidad de las pantallas led. Respaldando a Cádiz Habla están, además de Cascana, Karlos Puest, Michinina y todo ese enjambre de moscas cojoneras que siempre ponen el dedo en la misma llaga, pero que quieren dejar constancia en su canal televisivo de «las costumbres, la cultura, las cosas típicas de aquí, lo que hay y lo que falta.». En una de sus primeras emisiones, una entrevista a Inma Michinina, lo que dejaron claro es cuál es su lenguaje televisivo 'Aro, aro', 'aín', 'ea', 'ole', 'po ná'. Pues eso.

La otra iniciativa viene con aires culturetas que, aunque nuevos, huelen a otras temporadas. El nombre tiene su gracia, 'Planeta Cádiz' y el proyecto presentado en el 'workshop 'de Economía y Gestión de la Cultura que organizaba la UCA, también. 'Plan C', se llama, como si los anteriores no hubiesen funcionado y hubiera que recurrir rápidamente al comodín del público. 'El Plan C', dicen sus gestores, es una C de cambio en tres ámbitos muy concretos: Ciudadanía, Conocimiento y Contemporaneidad. No se pierdan su atractiva página web, y de paso, a ver si la entienden. Porque es evidente que la razón les asiste en todos y cada uno de sus planteamientos, pero también es cierto que intentar recuperar la ilusión y la confianza en la sociedad civil es un proyecto tan ambicioso como inútil. Paco Cano, el gestor que al volver de Estados Unidos tuvo que hacer un tremendo esfuerzo para reconocer la ciudad de la que había salido, ha dado -creo que sin querer- en la diana «aquí existen ciertos clichés que abundan precisamente en la carencia formativa, en el pasotismo, en la chabacanería.» Esto es Cádiz, no lo olvides, y aquí. hay que contar precisamente con ese sector pasota, desinformado y chabacano para que a uno lo tomen en serio.

Por lo menos, tienen buena intención, gente competente -Javier Vela, Flavia Bernárdez, Henar Pérez- y algunas ideas. 'Escaparartes' es quizá la más conocida -¿recuerda, en Novena una pantalla gigante, o en Rosario aquel fondo del mar?- y pretende establecer interacciones entre creadores y paseantes que fomenten el consumo en el pequeño comercio, reivindicando «la puesta en activo de dichas calles y espacios comerciales vacantes». Pero no es la única iniciativa. En su web se anuncian talleres de teatro para desarrollo personal, cursos de escritura creativa, mandala sobre telas, cursos de reciclaje, cursos de diseño. Total, nada nuevo bajo el sol, que decía el Eclesiastés. No es una apuesta muy arriesgada que se diga, pero es una apuesta. Y de eso se trata, de ir moviendo poco a poco las fichas de este gran ajedrez que se había acostumbrado a dejar la partida en tablas, a ver si alguien consigue terminar el juego. Les deseo suerte a los dos, aunque no está muy clara la cosa. Ni siquiera los propios promotores la tienen, «es muy posible que nosotros no veamos en qué termina o cómo mejora todo esto» decía Paco Cano, sin querer destilar el licor de la derrota antes de dar la batalla.

Ya se lo dije al principio. Ni usted ni yo estaremos aquí para verlo. No ya el hundimiento de Cádiz dentro de cinco mil años, es que ni siquiera sentiremos el primer movimiento de tierra. Es una lástima, pero no está todo perdido. Por lo menos, tenemos un plan, o dos.