Apuntes

Algo se mueve en La Cabezuela

Dragados está trabajando ya en la selección y contratación de personal para la construcción de un megaproyecto que da oxígeno a la Bahía

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Dragados también existe. Si hace unas semanas la atención la acaparaba Airbus por celebrar aniversario y ver despegar el A400M, las buenas noticias llegan ahora desde La Cabezuela. La división de ACS, especializada en la construcción de estructuras y plataformas de gas y crudo ha iniciado el proceso de selección de personal para hacer frente a un megaproyecto que situará las instalaciones gaditanas en el centro del interés de la ingeniería de este segmento por las dimensiones titánicas que tendrá una de las plataformas petrolíferas del mundo que nacerá en la Bahía gaditana.

La noticia que apunta a una previsible contratación masiva para ejecutar este proyecto es un auténtico bálsamo en una semana en la que el paro nos ha despertado de un sueño estival. Octubre engulló las expectativas de creación de empleo, más allá del estacional, y salvo proyectos como el de Dragados, que afianza su posición como dinamizador de la economía local, a los desempleados tan sólo les queda mirar a la campaña de invierno o despojarse de todos los temores y adentrarse en el terreno de la iniciativa propia; ésa que cuesta tanto sacar adelante en un país donde no se lo ponen fácil a los emprendedores.

Dragados, como Airbus, ha sabido superar los negros nubarrones, que en distintos tiempos, se han cernido en cada empresa. La factoría gaditana enfilaba el año pasado la recta final de todos los contratos que estaba desarrollando y se temía que la falta de carga de trabajo dejara sin actividad o a medio gas las instalaciones. En abril se finiquitaron esos contratos que habían hecho a esa factoría ser un referente en la construcción de plataformas y en lugar de echar la baraja y esperar que las negociaciones dieran su fruto, la empresa optó por trasladar a Cádiz parte de una obra que se estaba ejecutando en México.

Movimientos empresariales como éste demuestran que también se puede arrimar el hombro por parte de grandes compañías para cuadrar cuentas, ajustar el negocio mirando el impacto qué puede producir sus decisiones en el entorno social y laboral.