CÁDIZ

El 'caballo' que corre de nuevo desbocado por Guillén Moreno

La Policía ataca un punto activo de venta de heroína controlado por dos hermanos toxicómanos que habían agotado la paciencia de los vecinos

CÁDIZ. Actualizado: Guardar
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Hasta que la crisis descompuso este país, los consumidores de drogas gaditanos hablaban en su inmensa mayoría en gramos, bellotas o posturas dependiendo de si la cocaína o el hachís era su vicio. Ahora muchos miden en micras su universo viciado. La falta de liquidez también ha transformado las necesidades de los toxicómanos incapaces de salir de ese mundo. Ante el elevado precio que tiene la cocaína, con un precio medio en la calle de 60 euros por una papelina, aquellos que no disponen de recursos buscan calmar su adicción buscando sustancias más asequibles. Así resurgió la heroína, una droga que había quedado casi desterrada tras los duros años 80 y 90. Compañero de viaje de consumidores en estados muy avanzados de dependencia, se había vuelto casi irrelevante en las estadísticas policiales y de las asociaciones que luchan contra la droga. Pero la crisis la ha resucitado y esa nueva juventud ya es una realidad confirmada que está desencadenando de nuevo problemas de seguridad añadidos.

Las consecuencias de esos trapicheos con heroína han agotado a vecinos de Guillén Moreno que dieron la voz de alerta a la Policía Nacional. El grupo Udyco-Bahía de Cádiz se hizo cargo de esas primeras informaciones que ayer desembocaron en el registro de una vivienda en la calle Marinero en Tierra, que ocupan cuatro hermanos. Dos de ellos -F. G. M. y J. M. G. M., de 49 y 46 años- fueron detenidos a lo largo de la mañana. Uno de ellos fue apresado dentro del domicilio; mientras que otro fue detenido horas después ya fuera de la casa. Ambos son politoxicómanos, con antecedentes diversos, que habían hecho de la venta de heroína en micras su forma de vida para sacar dinero y costearse sus adicciones.

Los efectivos de la Unidad de Prevención y Reacción (UPR) fueron los encargados de iniciar el registro en la vivienda, abriendo camino a los miembros de la Udyco. En el interior localizaron pequeñas partidas de estupefaciente, instrumentos para el pesaje y el arreglo de las dosis antes de la venta y un curioso método para hacerlas desaparecer en caso de que llegara la Policía, como fue el caso ayer: las papelinas estaban atadas con un hilo para poder ser tragadas fácilmente, relatan fuentes policiales.

Robos y agresiones

Este punto de venta y los trapicheos que había generado a su alrededor han desencadenado otros problemas de seguridad que son los que han colmado la paciencia de muchos vecinos que luchan por que Guillén Moreno no fuera esa barriada que fue antes del soterramiento. El 'caballo' que corre de nuevo por sus calles ha propiciado que aumenten los pequeños hurtos y robos de toxicómanos por conseguir algo que cambiar por sus dosis; las peleas entre ellos y que incluso antiguos «consumidores vuelvan a caer en la droga», señala un agente haciéndose eco de las denuncias vecinales que llegan a la Comisaría.

El punto de venta atacado ayer se nutría además de toda una legión de adictos que ejercían de 'aguadores' para dar la voz de alarma cuando se aproximan las patrullas. Uno de estos colaboradores, confirmaba ayer la Policía, ya fue apresado en una anterior actuación y se encuentra preso en Puerto II. El negocio de la droga al por menor provoca continuos trapicheos en la calle, delante de menores, degenerando la convivencia vecinal.

El consumo de drogas es tan habitual que ayer por la mañana, cuando el dispositivo policial tomó el barrio para hacer el registro y practicar las detenciones, las caras de los vecinos que salían a trabajar o curioseaban por las ventanas no mostraban ni mucho menos asombro por lo que estaba ocurriendo.

Los detenidos, imputados en un delito contra la salud pública, se encuentran en los calabozos de la Comisaría. Se prevé que hoy sean puestos a disposición judicial.