ugt cádiz bajo sospecha

La detención de Mera por el caso de los ERE resucita las divisiones en el sindicato

Los estatutos de la organización recogen la intervención de una comisión gestora en caso de irregularidades relevantes de carácter económico

JAVIER RODRÍGUEZ | CÁDIZ. Actualizado: Guardar
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Con preocupación pero, sobre todo, con expectación se vive en el seno de la UGT gaditana la detención el pasado martes de su secretario provincial, Salvador Mera. La titular del juzgado de instrucción número 6 de Sevilla, Mercedes Alaya, que lleva el caso de los ERE fraudulento, vincula al sindicalista con un supuesto cobro de comisiones en la tramitación de las prejubilaciones y en la regulación de empleo que se llevó a cabo en la cuenca minera de Huelva en 2003 y que afectó a unos 2.000 trabajadores.

La detención de Mera, pese a la imagen de tranquilidad que ofrece la ejecutiva provincial de UGT a través de su secretario de Organización, Antonio López, ha resucitado el viejo fantasma de la división interna. No hay que olvidar que Salvador Mera ha sido en la provincia el referente del aparato regional ugetista, es decir, la línea oficial del sindicato. Este cliché le ha generado ciertas enemistades dentro de la organización de personas que no comulgan con las tesis del que fuera líder de la UGT andaluza durante los últimos quince años, Manuel Pastrana, ni tampoco con su sucesor, Francisco Fernández Sevilla. El sector crítico o reformista de la central sindical considera que los últimos escándalos, ERE y el caso de las facturas infladas, amén de los gastos en viajes y almuerzos, han marcado la imagen del sindicato.

Ante esta situación, algunos miembros del sindicato en Cádiz esperan hoy el auto de Alaya para mover ficha en relación al futuro de Salvador Mera al frente de la secretaría provincial. Los estatutos de la organización no recogen expresamente la obligación de dimitir de ninguno de sus líderes en caso de ser imputados por la justicia, sin embargo, el articulo 47 de la sección relacionada con las Comisiones Gestoras sí establece la intervención de un órgano superior «en caso de irregularidades relevantes, especialmente de carácter económico».

El secretario de Organización de UGT de Cádiz, Antonio López, confirmó el pasado martes a este periódico, nada más conocerse la detención de Mera, que el sindicato seguiría trabajando en la defensa de los intereses de los trabajadores y aclaró que la actuación de Alaya contra Mera obedece a una gestión del propio Salvador Mera que nada tiene que ver con su trayectoria al frente de la dirección de UGT en Cádiz.

Salvador Mera se hizo con las riendas de la organización gaditana en noviembre de 2010 tras un congreso extraordinario en el que también presentó candidatura el representante del sector renovador Francisco Sánchez. La lista oficial encabezada por Mera se alzó con el triunfo tras ser respaldada por el 53% de los delegados. La llegada de Mera a la secretaría de Cádiz no fue casual. La dirección regional de Sevilla lo envió a la provincia a poner orden al desaguisado que había dejado su antecesor, Pedro Custodio, que dimitió del cargo tras destaparse unos gastos personales de difícil justificación que cargó a la contabilidad de la UGT de Cádiz.

Salvador Mera revalidó el pasado junio un nuevo mandato y esta vez se enfrentó en las urnas a la candidatura del portavoz del colectivo de los exdelphi y miembro de la federación del Metal, Antonio Montoro. De nuevo, Mera salió victorioso del encuentro electoral al ser apoyado por el 58% de los delegados.

Este periódico ha podido saber que la dirección confederal de la UGT podría estar estudiando medidas especiales para cambiar el rumbo tanto en su organización andaluza como en Cádiz a raíz de los últimos escándalos.