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Erdogan ensombrece las relaciones con EE UU

Kerry secunda a Israel y censura al primer ministro turco, que calificó el sionismo de «crimen contra la Humanidad»

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Cuando todo estaba listo para que el viaje de John Kerry a Turquía sirviera para abordar la cuestión de Siria, unas declaraciones del primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, eclipsaron el primer día de la visita oficial. Poco antes de llegar el secretario de Estado estadounidense a Ankara, Erdogan declaró en el foro de la Alianza de las Civilizaciones celebrado en Viena que «como sucede con el sionismo, el antisemitismo y el fascismo, ahora es inevitable considerar la islamofobia como un crimen contra la Humanidad». En lugar de abrir el debate sobre el odio a lo islámico, el primer ministro hirió la sensibilidad de Israel por calificar el sionismo de «crimen contra la Humanidad». También molestó a EE UU. Desde Washington llegó pronto la primera condena a unas palabras «particularmente ofensivas» que tendrán un «efecto corrosivo» en las relaciones entre los dos países, según fuentes diplomáticas citadas por varias agencias.

Kerry confesó que «no solo discrepamos, sino que nos parece cuestionable» la opinión expresada por Erdogan, con quien se reunió poco después en una jornada que empezó, como era de rigor, con la visita a la Embajada estadounidense que sufrió un atentado el mes pasado en el que un empleado perdió la vida.

El primer ministro de Israel, Benyamin Netanyahu, criticó también «firmemente» las declaraciones de Erdogan y el Ministerio hebreo de Exteriores subrayó en un comunicado que «el sionismo es el movimiento nacional del pueblo judío» y la comparación con el fascismo es «ofensiva y falsa», según el portavoz del Consejo de Seguridad, Tommy Vietor, que alentó a «los pueblos de todas las religiones, culturas e ideas a denunciar las acciones de odio y a superar todas las diferencias».

A la espera del milagro

Los viernes dejaron hace mucho tiempo de ser días de fiesta y descanso en Damasco. Ahora las familias se encierran en sus casas y esperan que pase cuanto antes un día marcado por protestas y enfrentamientos. A la salida de las mezquitas del centro ya no hay agentes de seguridad esperando, no hace falta. Los templos están medio vacíos y los fieles que acuden vuelan a sus casas al finalizar el rezo del mediodía. «El tema central de la oración es la paz y la necesidad de la convivencia», señala un vecino del barrio de Mezze. La gente no quiere hablar y nadie da su nombre.

De fondo suenan sin parar las explosiones de los bombardeos sobre el sur y el este de la capital, las dos zonas por las que los opositores armados tratan de llegar hasta el corazón del régimen. Desde julio de 2012, cuando penetraron hasta Midan, nunca habían logrado combatir en lugares tan próximos al centro como ahora y el régimen hace todo lo que está en su mano para obligarles a retroceder. La frontera con Turquía es la principal vía de suministro que tiene la oposición armada, que cuenta con el respaldo firme de Ankara en su intento por acabar con Bashar el-Asad.

Pero las armas no consiguen derrocar al régimen y John Kerry espera el apoyo turco a una nueva estrategia que pretende lanzar un proceso de diálogo entre los dos bandos, algo a lo que se han opuesto hasta el momento tanto Turquía como Catar, otro de los grandes apoyos de la oposición.

«La meta de Turquía y EE UU es la misma: ambos países comparten como prioridad una solución política para salvar vidas y acabar con la violencia; queremos que se desarrolle la libertad y es muy evidente a quién apoyamos», declaró Kerry en Ankara.

La vía de diálogo que impulsa el secretario de Estado podría ir de la mano de la llegada de armas por parte de países europeos, según declaraciones de Walid Saffour, representante de la oposición externa en Londres, al diario The Guardian. «Habrá un avance en la próxima reunión de los Amigos de Siria que pondrá fin al embargo de armas por parte de la Unión Europea», aseguró Saffour, que insistió en la necesidad de «munición y armas de calidad para hacer frente a la aviación del Ejército y a los misiles Scud que están cayendo sobre zonas civiles».

El periódico británico relacionó estas declaraciones con la nueva política de la UE, que el jueves decidió suavizar sus restricciones y permitir el envío a Siria de «vehículos blindados y material militar no letal». Un gesto que la oposición en el extranjero ha interpretado como un primer paso para el envío de armas y munición en los próximos meses.