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Irlanda se presenta como ejemplo al asumir la presidencia de la UE

El primer ministro presume de haber logrado que la economía del país crezca tres años después del rescate

LONDRES. Actualizado: Guardar
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Esta noche el cielo de Dublín se iluminará con una gran despliegue de fuegos artificiales que quieren ser una llamada a todo el mundo. Pero no quiere avisar a los no enterados de la inminente presidencia de la UE por Irlanda. Es el acto inicial de una campaña para atraer más turistas. Es más, en cuanto se vayan los potentados europeos en junio, la isla acogerá lo que más espera, una convención mundial de pelirrojos.

Irlanda ha perdido turistas en los últimos años y quiere amortiguar el impacto de esa caída con una campaña dirigida específicamente a los irlandeses de la diáspora para que visiten su país de origen o de sus ancestros. Pero, en los seis meses en los que su Gobierno ocupará la presidencia europea, se jugará en la diplomacia de la UE las cifras de nuevos emigrantes, que han sido ya decenas de miles desde 2008. La presidencia tendrá como lema «estabilidad, crecimiento, empleo»; Irlanda quiere presentarse como un miembro modélico que, tres años después de ser rescatado por la UE y el FMI, ha sido capaz ya de colocar bonos del Tesoro en los mercados de deuda y que podría salir del programa de asistencia en noviembre. Y la economía crece y la balanza comercial mejora, dicen los políticos de los partidos Fine Gael y Laborista.

Los gobiernos han de ofrecer lógicamente una estampa positiva. El de Dublín guía al país a través de una drástica austeridad, con el 14,5% de desempleo, y ha logrado que vote sí en un referéndum para revalidar el pacto fiscal en la UE. Eso justificaría por sí solo que a su primer ministro, Enda Kenny, la Asociación de Editores de Revistas de Alemania le diera la medalla 'Viktoria' de europeo de 2012.

Pero esos datos que incitan al optimismo han de ser matizados: el crecimiento es un misérrimo 0,2% y el aumento de las exportaciones se debe en buena parte a la ubicación por multinacionales de sedes que se benefician de un impuesto sobre sociedades del 12,5%. Y el peligro de que Irlanda no pueda salir el programa de rescate de la UE y el FMI es lo que ocupará intensamente su presidencia.

El Consejo Europeo aprobó en junio un plan de avance a la unión bancaria que ha cumplido su primera fase hace unos días con la aprobación de las líneas maestras del organismo único de supervisión de bancos. En marzo, la Comisión tendría que presentar el borrador de los dos elementos de la unión que faltan: una garantía común de depósitos y un mecanismo de liquidación de bancos en quiebra.

Espiral

La aprobación de esos elementos en junio encauzaría la dotación de 500.000 millones al fondo conocido como Mecanismo de Estabilidad Monetaria, que se presentó como el remedio para romper la espiral entre deuda bancaria y deuda del Estado que, particularmente en Irlanda y en España, arrastra al país hacia un horizonte aparentemente ciego.

Pero Alemania, Finlandia y Holanda han advertido que el fondo de ninguna manera se puede aplicar a la recapitalización de bancos que entraron en crisis en un período anterior.