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Los devastadores efectos del precipicio

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Es una subida automática de impuestos que asciende a 700.000 millones de dólares (550.000 millones de euros) al igual que la aplicación de un amplio paquete de recortes del gasto público en importantes áreas como Defensa, Educación y ayudas al desempleo.

A partir del 1 de enero de 2013 expirarán los recortes de impuestos aprobados por el Gobierno de George W. Bush. Esto supondrá que millones de familias verán reducidos de golpe sus ingresos, pagarán más impuestos sobre la renta y finalizarán varias exenciones a pequeñas y medianas empresas. Por ejemplo, en hogares con ingresos anuales de entre 31.000 y 53.000 euros tendrían que pagar unos 1.500 euros más al año.

El 'abismo fiscal' tendría un impacto de 550.000 millones de dólares (415.800 millones de euros) que dejarían de circular, lo que supone el 3,5% del PIB del país. Además el techo de la deuda deberá elevarse a 12,4 billones de euros. Si el desacuerdo político continúa en las primeras semanas, la Bolsa sufriría fuertes desequilibrios. Pero si se prolonga se teme que EE UU entre en otra recesión.

El retraimiento de la economía norteamericana agravaría la coyuntura económica mundial. Tanto es así que la crisis de la eurozona pasaría a un segundo plano porque habría estallado una situación de mayor inestabilidad a nivel global. En ese sentido, los países más vulnerables como España estarían más propensos a sufrir los mayores golpes por la volatilidad bursátil.

Existe una gran diferencia entre la tesis de los demócratas y la de los republicanos. A ello se añade que ambas partes han mantenido inamovibles sus posiciones en la negocaciones que han llevado a cabo en los últimos meses.

El presidente de EE UU es partidario de un menor recorte del gasto público, así como prolongar las reducciones fiscales a quienes tengan ingresos inferiores a 250.000 dólares anuales (unos 190.000 euros). A cambio propone equiparar la tasa impositiva de las rentas más altas con la de la clase media para fomentar la recaudación.

La oposición defiende que se prorroguen los recortes de impuestos implantados por Bush. Pero como contrapeso piden que se adelgace el presupuesto de varios programas públicos, salvo Defensa.

El año pasado, el país ya estuvo en una situación similar, cuando tampoco se llegaba a un acuerdo para fijar el límite de la deuda pública. Al final se produjo un pacto justo antes de que acabara 2011.