Sociedad

¿Un adiós para siempre?

Las propietarias quieren ahorrarse los 153 millones en impuestos que estipulará la normativa a partir de 2013 Las electricas desenchufan temporalmente Garoña a la espera de la nueva ley

MADRID. Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

La central nuclear de Garoña fue desconectada a las 23.00 horas de ayer, según acordó el consejo de administración de Nuclenor el viernes. En cualquier caso, el cese definitivo de la explotación, previsto para antes del 31 de diciembre, podría revertirse, si no se acabase promulgando el Proyecto de Ley de

Medidas Fiscales para la Sostenibilidad Energética o si, una vez promulgado, las condiciones impuestas variasen sustancialmente respecto del Proyecto de Ley actualmente en trámite, y que será debatido en el Congreso de los Diputados esta semana. Si finalmente se confirmarse el cierre, se pondría fin a 41 años de producción eléctrica. Garoña iba a ser desenchufada a finales de año, pero la posible entrada en vigor de la Ley puede adelantar el cierre para ahorrar 153 millones de euros en impuestos.

Santa María de Garoña fue gestada el 2 de marzo de 1957. La entonces Iberduero y la Electra de Viesgo crearon Centrales Nucleares del Norte S. A. (Nuclenor) para levantar la instalación. Actualmente pertenece a Iberdrola y Endesa. Con Garoña el régimen de Franco entraba en la modernidad y, además, en la era nuclear. Las obras comenzaron en 1966 y la estadounidense General Electric hizo el montaje del reactor. El más avanzado del momento en Europa, del tipo BWR-3, que funcionaba con uranio enriquecido. En 1970 el complejo fue puesto en marcha y el 2 de marzo del año siguiente fue conectada a la red.

El pasado marzo, el Foro Nuclear, que aglutina a empresas con intereses en esta energía, propuso ampliar en 20 años su explotación y que ninguna cerrase antes de 2030. Garoña tenía marcada su fecha de defunción para 2013, aunque el Gobierno anunció que prolongaría su existencia hasta 2019, realizándose las oportunas mejoras de actualización.

Según el Foro Nuclear, diez años más tarde cerraría la cacereña Almaraz 1 y su gemela de Almaraz 2 en 2043. Las dos centrales de Ascó cerrarían entre 2042 y 2045; Cofrentes lo haría en 2044, Vandellós 2 en 2047 y Trillo, la más nueva, en 2048. Sin embargo, en septiembre, comenzó el principio del fin. El pulso que mantenían las eléctricas y el Gobierno por la renovación del contrato de explotación de Garoña condenó a la planta al cierre. Nuclenor fijó el cese de la nuclear en 2013, tal y como previó el anterior Ejecutivo socialista, pese a que Mariano Rajoy se había mostrado a favor de alargar su vida útil. A finales de noviembre, la presidenta del Consejo de Seguridad Nuclear, Carmen Martínez Ten, anunció en el Congreso de los Diputados que la central dejaría de producir energía el 6 de julio de 2013.

El viernes el consejo de administración de Nuclenor anunció que la central era desenchufada porque, en caso de ser aprobada la Ley de Medidas Fiscales de Sostenibilidad Energética con su redacción actual, tendría que 153 millones de euros en 2013, por el nuevo impuesto que gravará la descarga final del núcleo tras el cese de actividad con 2.190 euros por kilo en los elementos trasladados a la piscina de almacenamiento.

Normas internacionales

El Consejo de Seguridad Nuclear prevé desmantelar Garoña según los parámetros del Organismo Internacional de la Energía Atómica, lo que puede durar entre nueve y diez años. Así habrá tres niveles de trabajo. En el primero será construido un almacén temporal y la piscina donde se depositará el combustible del reactor. En el segundo nivel serán desmantelados los edificios y el blindaje del reactor y se sellará el mismo. Los residuos radiactivos resultantes se almacenan fuera del emplazamiento. En el tercer nivel se sacará el reactor con su blindaje y se rehabilitara el emplazamiento.

De momento y aunque en los próximos diez años habrá trabajo en Garoña, ya se han levantado voces a favor y en contra del cierre. Entre las primeras está el presidente de la Junta de Castilla y León, Juan Vicente Herrera, que calificó la decisión de Nuclenor de «gran error» porque causa un «enorme perjuicio social y económico» y pide al Gobierno que analice «seriamente» la razón expuesta por las eléctricas.

A favor del cierre se postuló IU. Su coordinador en Castilla y León, Juan María González, celebró la decisión de desenchufar la «achatarrada central» y recordó a la Junta que ahora tiene que poner en marcha las medidas para reactivar económicamente la zona, «como han prometido en repetidas ocasiones».