Opositores a Mursi acampan en señal de protesta en una de las tiendas instaladas en la simbólica plaza Tahrir. :: PATRICK BAZ / AFP
MUNDO

La oposición laica desafía a Mursi

Convocan nuevas movilizaciones en Egipto para impedir que el presidente celebre el referéndum constitucional

EL CAIRO. Actualizado: Guardar
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La oposición laica mantuvo ayer su pulso en las calles al presidente Mohamed Mursi a pesar de la anulación del decreto que le daba poderes por encima de la ley, una de sus reivindicaciones. El Frente Nacional de Salvación, que engloba a gran parte de los opositores no islamistas, no da su brazo a torcer y ha vuelto a rechazar el referéndum constitucional que el presidente ha mantenido para el próximo 15 de diciembre y convocó nuevas movilizaciones callejeras.

Mursi ha dejado la pelota en el tejado de sus oponentes, aseguran sus aliados. Con la anulación del decreto «ya no hay motivos para instigar al pueblo a participar en manifestaciones», dijo el portavoz de los Hermanos Musulmanes, Mahmud Gozlan. Para el FNS, sin embargo, el mandatario apenas ha hecho concesiones y el decreto, aunque haya sido anulado, ha conseguido su objetivo, que era sacar adelante el referéndum sobre una Constitución que ha sido redactada, aseguran, sin consenso. Anoche, en una rueda de prensa convocaron a nuevas protestas el martes.

El controvertido decreto ha sido, en realidad, reemplazado por uno nuevo en el que se ha eliminado su punto más conflictivo, el que blindaba todas las decisiones del presidente ante la Justicia. Este artículo no solo había enfurecido a la oposición laica, sino al Poder Judicial, que se puso en pie de guerra e inició una huelga indefinida. Hoy, sin embargo, los jueces podrían volver al trabajo, según informaba ayer el canal Al-Yasira, lo que indicaría que esta «concesión» de Mursi podría haber aplacado a los magistrados.

El problema con la Justicia no es menor, y ponía además en peligro los planes del presidente con respecto al referéndum constitucional. Según la ley egipcia, los jueces deben supervisar las elecciones y plebiscitos, y su anunciado boicot sembraba serias dudas sobre si la cita podía llevarse a cabo. Es más que posible, de hecho, que la decisión de retirar el decreto estuviera más dirigida a la Judicatura que a la oposición. Quizás también al Ejército, al que Mursi ha encargado con otro decreto mantener la seguridad -con la opción de detener civiles si fuera necesario- hasta que se conozcan los resultados de las votaciones.

Subida de impuestos

Según el nuevo decreto constitucional, si los egipcios rechazan la nueva Carta Magna, el presidente deberá convocar en el plazo de tres meses otras elecciones para seleccionar a los 100 nuevos miembros de una Asamblea Constituyente. Este órgano tendrá seis meses para redactar la Constitución. Como el nuevo Parlamento no podrá elegirse hasta que esté aprobada la Carta Magna, si este sábado gana el 'no' Egipto no podrá celebrar parlamentarias hasta dentro de, al menos, un año, y Mursi mantendrá el poder legislativo todo ese tiempo.

El presidente dijo que no pensaba utilizar este poder salvo en lo estrictamente necesario, una tarea difícil de cumplir. Ayer, por ejemplo, anunció un aumento de los impuestos para varios productos como el tabaco, el alcohol o los servicios de telefonía móvil. El incremento se enmarca en los compromisos que Egipto ha adquirido con el FMI para recibir un préstamo de unos 3.700 millones.

A la espera de saber si la oposición laica decidirá boicotear el referéndum constitucional o apostará por el 'no', el brazo político de los Hermanos Musulmanes no ha perdido tiempo y lanzó ayer su campaña para conseguir el 'sí'. Bajo el lema 'Con la Constitución, la rueda de la producción girará', la cofradía apela a uno de las mayores preocupaciones del egipcio medio, el catastrófico estado de la economía, alimentado por la inestabilidad política.