PAN Y CIRCO

OLVIDAR EL ASCENSO

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Visto lo visto, parece una obviedad que el Cádiz esta temporada no va a poder luchar por el objetivo que en verano se marcaba. Desde el puesto de promoción, el ascenso se ve como una utopía, y tal vez sea bueno empezar a dejar de hablar de ello. Sobre todo para los jugadores.

Sigo pensando que no son tan malos para estar donde están, pero han entrado en un bucle del que es muy complicado salir, y menos si se les sigue tratando como si fueran criminales.

Aunque estén demostrando no dar el nivel para lograr el objetivo que se les impuso, ante todo son personas, y no es nada bueno que se repitan escenas como las vividas este domingo tras el partido contra el Melilla.

Después de todo, no hay que perder el horizonte y hay que ver que, pese a todo, esto no deja de ser un juego. No es un problema de actitud, pues ellos son los primeros afectados, sino más bien de colapso mental, y la prueba es que el otro día, a los diez minutos de partido ya se estaban reprochando errores los unos a los otros. Eso no puede pasar nunca, porque es síntoma de que un equipo está muerto.

Quizás habría que pensar ya en que este será un año de transición, y lo primero es que el mensaje que llegue desde la directiva sea más coherente. Las palabras del presidente después de perder en Écija de que se podía luchar por ser primero son desafortunadas. No se puede engañar a la gente. Cádiz no está llena de tontos. Respecto a la reacción de Gaucci me parece que es lo que tiene que hacer. Un jefe está para apretar las tuercas a sus trabajadores. Aunque yo lo hubiera hecho de puertas para adentro.

Sí creo que habría que aparcar las urgencias, dejar las tensiones a un lado y pensar en armar un grupo cohesionado para un proyecto futuro, porque todos los jugadores no pueden ir a un mismo saco. Habría que respetar de verdad a la cantera, y a quien dé el nivel darle el sitio que se merece.