«Últimamente pienso que me equivoqué al estudiar Medicina»

Zaira González despertó hace unos meses de su sueño de ser traumatóloga. Desde que apenas tenía uso de razón, esta joven madrileña de solo 28 años tenía claro que quería ser médico. «Más que por vocación era porque me gustaba, mis padres me llevaban al médico y yo notaba que a mí me gustaba esa profesión», asegura. Y así fue. Cuando terminó el instituto en el año 2002, Zaira hizo sus maletas e inició un sacrificio que le acompaña hasta el día de hoy. «Los cuatros miembros de mi familia nos tuvimos que poner a trabajar para poder pagar los estudios tanto de mi hermana como los míos. Yo me mataba a dar clases particulares, tocaba en una banda de música y el resto del tiempo, a estudiar», confiesa la joven.

A pesar de este frenético ritmo de vida, consiguió terminar la carrera en los seis años que está establecido. Sin embargo, aquí no terminó su maratón, ya que a partir de entonces empezaba otro nuevo reto: las oposiciones del MIR. «Desde mayo que terminé hasta enero que fue el examen, dedicaba entre 8 y 10 horas a estudiar», confiesa Zaira, que consiguió quedar en el puesto 2.263 y conseguir una plaza para la especialidad de traumatología en el Hospital Clínico de Puerto Real. «Desde entonces, todo ha cambiado mucho. Los profesionales están sobrecargados de trabajo y ya no tienen tiempo ni para resolverte las dudas. Se han reducido las sesiones clínicas y evidentemente nuestra formación se está viendo afectada», comenta con frustración Zaira, que incluso ha llegado a plantearse si hizo bien estudiando Medicina. «Últimamente pienso que me equivoqué al estudiar Medicina. Tú te matas a estudiar y ves que tus amigos se lo han pasado mucho mejor que tú durante su época de estudios y ahora viven mejor, con más tranquilidad y con menos responsabilidad», apunta. De hecho, la joven estudia la posibilidad de emigrar de España, al igual que muchos de los compañeros que en estos días se manifiestan en los hospitales en la huelga convocada por el colectivo de residentes. «Nosotros no es que no queramos quedarnos, pero no estamos dispuestos a jubilarnos siendo eventuales y cobrando mucho menos de lo que nos pagarían en cualquier otro país», argumenta.

Según Zaira, en la actualidad un MIR de primer año, tiene un sueldo base de alrededor de mil euros netos, y el que está a punto de terminar, con guardias incluidas, puede llegar a los 1.800. Además, estos jóvenes se enfrentan al problema de que cuando terminen sus cinco años de MIR, después de haber aprobado unas oposiciones, tendrán que volver a las listas del paro. «El MIR solo te garantiza 5 años de trabajo y formación. A partir de entonces te tienes que buscar la vida», apostilló.

A partir de ese momento, esta médico tendrá que esperar a que convoquen unas oposiciones para poder optar a una plaza que le garantice un futuro y el pago de la hipoteca de su casa. «Me compré una casa en El Puerto de Santa María porque pensé que aquí estaba mi futuro, pero ahora ya me planteo marcharme y ponerla a la venta», asegura Zaira González, una joven traumatóloga a la que le han robado un sueño.