ESPAÑA

La Ertzaintza investiga la filtración de fotos íntimas de varios universitarios

BILBAO. Actualizado: Guardar
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Las redes sociales echaban humo ayer tras la difusión, mediante la mensajería instantánea de los teléfonos móviles, de fotografías y vídeos íntimos de jóvenes de ambos sexos cuya identidad se atribuía a estudiantes de la bilbaína universidad de Deusto. El revuelo que se montó entre el alumnado fue de tal calibre que el vicerrector de Comunicación, Roberto San Salvador del Valle, tuvo que dar una rueda de prensa para reconocer que, en efecto, algunos rostros de las imágenes se corresponderían con personas matriculadas en el campus «que se han reconocido en ellas», aunque no concretó su número.

«En WhatsApp unos se pasan unas fotos y otros no, por lo que se ha perdido la cuenta de cuántas, y cuántas reales, pueden estar circulando por ahí», aseguró antes de añadir que, además, se desconoce si el alcance de lo ocurrido se limita a este centro estudiantil.

Porque otra de las incógnitas que ayer presidía prácticamente todos los corrillos en la universidad era el origen de esta propagación «masiva» de fotografías «subidas de tono». San Salvador del Valle parecía inclinarse por el «robo» de datos directamente de los móviles u ordenadores de los afectados. A su juicio, un 'hacker' es capaz de sustraer información de otros dispositivos electrónicos a través del 'bluetooth'.

En ese sentido, descartaba un posible pirateo a través de la red inalámbrica de las instalaciones, que cuenta con un servicio privado de wifi. La razón, por tanto, habría que buscarla en su opinión en el «descuido» por parte de los afectados, que no habrían adoptado las «medidas de seguridad» necesarias para salvaguardar sus dispositivos electrónicos.

Dos denuncias

A última hora de la tarde la Ertzaintza decidió abrir una investigación sobre lo ocurrido a partir del registro de las denuncias presentadas por dos varones. Uno por la difusión de una imagen íntima personal y el otro por un supuesto acceso ilegal a su teléfono móvil.

«Nos da pánico pensar que alguien pueda estar ahora urgando en el contenido de nuestros móviles», manifestó ayer una alumna. Con la rumorología desatada por lo ancho y largo del centro, el desconcierto era total. Algunos de los estudiantes aseguraban que se habría llegado a distribuir hasta 800 fotos de carácter personal.