Déficit

Leemos una curiosa y significativa noticia: «Tres de cada cuatro ciudadanos no están de acuerdo en aplicar recortes contra el déficit». Esto quiere decir dos cosas: una, que tres de cada cuatro ciudadanos no saben muy bien lo que es déficit, y otra, que esos tres son a los que les afectan los recortes, y al cuarto, no. Si a este le afectase, también diría que no. Obvio, ¿verdad? El déficit es lo que cada año el Estado gasta más de lo que ingresa, lo cual produce que se deba más y que aumenten más los gastos por intereses. Si se quiere bajarlo, o se ingresa más -más impuestos- o se gasta menos -se recorta-. ¿ Y de dónde se recorta? Pues de donde más hay, es decir: en sanidad y educación. Claro que es lamentable que lo que se ha dilapidado en aeropuertos, TAV, edificios singulares, etc., haya que pagarlo ahora quitando de las cosas esenciales. Y claro que quitar altos cargos y bajar sueldos y prebendas es un buen ejemplo. Pero esto último no hay que tomarlo como la solución del problema porque no suma tanto dinero, aunque es de estricta justicia. ¿Y si vamos por la vía de ingresar más? Pues si se suben los impuestos normales también lo pagan los ciudadanos, o sea, que equivale a los recortes.