Un juez compara con la mafia a los cargos corruptos de Lula

Una nueva condena, esta vez por integrar una asociación criminal, recayó sobre los acusados por el mayor escándalo de sobornos en Brasil durante la primera gestión de Luiz Inacio 'Lula' da Silva. Por seis votos a favor y cuatro en contra, el Supremo Tribunal Federal consideró que el antiguo hombre fuerte de aquel Gobierno, José Dirceu, era el jefe de la cuadrilla que desviaba fondos públicos para el pago de sobornos a congresistas aliados para que apoyaran proyectos oficiales.

Junto con él fueron condenadas otras nueve personas, entre ellos exdirigentes del Partido de los Trabajadores (PT) como José Genoino, su presidente, y Delubio Soares, entonces tesorero de la formación izquierdista. La votación volvió a ser reñida. Como cuando se decidió la suerte de los acusados por corrupción hace tres semanas, hubo desacuerdos, y también como entonces el resultado fue seis votos contra cuatro.

Uno de los jueces que apoyó la condena, Celso de Mello, aseguró que el proceso criminal «reveló la fase sombría de aquellos que, en el control del aparato del Estado, transformaron la cultura de la transgresión en una práctica ordinaria y deshonesta del poder». Otro de los magistrados comparó el comportamiento de la red con el de la «mafia italiana». Más de uno remarcó el hecho de que el delito no ocurrió una sola vez sino que se perpetuó a lo largo de más de dos años.

Según se dio por probado, excongresistas de partidos aliados recibían un soborno mensual para respaldar iniciativas que exigía el Ejecutivo. Ese dinero, de origen público, pasaba por distintas cuentas hasta llegar a destino. De allí que hay banqueros y empresarios también condenados. Los delitos fueron corrupción activa, pasiva, lavado de dinero, apropiación indebida de fondos públicos y asociación criminal, entre otros. De los 37 juzgados, 25 fueron condenados y en algunos casos por más de un delito.

«Sin pruebas»

El escándalo 'Mensalao', como se identificó en Brasil el pago mensual de sobornos, estalló en 2005 y forzó a Dirceu a renunciar para evitar que la investigación afectara a la figura del presidente. El exfuncionario era jefe de la Casa Civil o superministro de Lula, quien luego fue reelegido y más tarde dejó el cargo con un alto nivel de popularidad. La pesquisa judicial no develó si el exmandatario estaba o no al tanto de la operación ilegal que se atribuye a sus más estrechos colaboradores.

Con la nueva resolución el tribunal completó la etapa del juicio oral que había comenzado a principios de agosto. Ahora deberá resolver qué penas corresponden a cada uno de los reos. Dirceu se defendió una vez más en una carta publicada en su blog. «Nunca» fue «parte ni jefe de una cuadrilla», aseguró, además de acusar al tribunal de condenarle «sin pruebas».