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El emir de Catar lleva un balón de oxígeno a Gaza y Hamás

La visita del influyente monarca, la primera de un jefe de Estado desde el bloqueo, incomoda por igual a palestinos e israelíes

EL CAIRO. Actualizado: Guardar
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Como un héroe fue recibido ayer en Gaza el emir de Catar, Hamad bin Jalifa al-Zani. A Hamás no le faltan motivos para tratar con pompa y boato al primer jefe de Estado que rompe el bloqueo de Israel y Egipto y pisa la Franja desde que es controlada por el grupo islamista. Su visita supone, además, una nueva victoria política y diplomática de Hamás sobre Al-Fatah y la Autoridad Nacional Palestina, que ven con preocupación cómo se profundiza en el cisma palestino.

Al-Zani ha visitado Gaza para gastar dinero, en concreto para invertir 400 millones de dólares (308 millones de euros) en la construcción de un hospital y de un complejo residencial que se levantará en el sur de la Franja y que llevará su nombre.

Después de cinco años de bloqueo, ahora más relajado, el territorio necesita desesperadamente fondos para reconstruir todo lo que se ha venido abajo durante el aislamiento y la guerra con Israel, desde las viviendas hasta la economía. El emir catarí, respaldado por la rica economía de su pequeño reino y por el canal de noticias Al-Jazeera, se ha convertido en los últimos años en uno de los hombres más influyentes de Oriente Próximo y Medio, por lo que su visita también tiene un componente político que sirve a Ismail Haniye, primer ministro de Hamás, de respaldo en la escena internacional.

El emir, que voló ayer a El Arish, al norte del Sinaí, acompañado por una de sus tres esposas, la jequesa Moza, entró a Gaza por el paso de Rafah, que une la Franja con Egipto y que es el único acceso no controlado por Israel. Al-Zani iba acompañado de una delegación de altos cargos del Gobierno catarí y también egipcios, ya que la visita se debe en gran parte a la gestión del país vecino y pone de manifiesto el cambio que se ha producido en las relaciones entre Hamás y El Cairo desde la llegada al poder de los Hermanos Musulmanes, de los que proceden el presidente Mohamed Mursi y el propio Hamás.

A través de Ramala

Ni en Ramala ni en Israel, sin embargo, ha sentado nada bien la visita. El emir catarí solo se ha desplazado a Gaza y no a Cisjordania, donde tiene la sede la Autoridad Nacional Palestina (ANP), que considera que toda gestión de fondos debe hacerse a través de Ramala. El hecho de que Al-Zani haya sido recibido por Haniye y no por Mahmud Abbas, el presidente palestino, supone también un golpe para su legitimidad.

El portavoz del Ministerio de Exteriores israelí criticó asimismo la visita y se mostró «sorprendido» por que el emir catarí «se ponga de una de las partes» en el conflicto palestino y elija, además, «la parte equivocada». «Lo que significa esta visita es que se pone de parte de Hamás y no de la Autoridad Nacional Palestina, a la que nunca ha visitado», dijo ayer Yigal Palmor.