EL CÉSPED DE CARRANZA

Descanso en Cornellá. Empate entre Espanyol y Rayo. Vista panorámica de Cornellá antes de los anuncios y un pensamiento único: ¡qué bonito estadio y qué bien cuidado está el césped! Echas mano al móvil para ver las últimas novedades antes del Cádiz-Cartagena y no puedes más que derramar dos lagrimones gordos por tus mejillas. El partido no había comenzado pero el espectáculo ya iba incluido al sentarte en los asientos de Carranza. Una única palabra: bochorno.

De acuerdo que unos compiten en 1ª y otros en 2ª B; de acuerdo que la lluvia ha podido jugar una mala pasada en la última semana; de acuerdo que no hay medios para instalar una de esas mantas térmicas que comprábamos con alegría en el fútbol virtual que nos ofrecía el PC Fútbol en nuestros años mozos. Pero varias de las imágenes que pude ver no son de recibo para un club como el Cádiz, que puede presumir de un estadio nuevo en la misma medida que avergonzarse de permitir que el césped recuerde más a un huerto en el que sembrar.y no precisamente victorias.

Porque después llegarán las exigencias, las quejas porque no se ve buen fútbol, porque la plantilla no da la talla, porque el árbitro se equivoca o porque tal o cual jugador no rinde al nivel que se le presuponía cuando se le fichó. Independientemente del resultado que se dio en la visita del líder a Carranza, tener el césped en dichas condiciones supone un riesgo para la actividad física del deportista y un fraude para el espectador, que tiene que pagar entre 15 y 40 euros para ver algo que está abocado a ser un 'pseudopartido'.

Tener el césped en condiciones debería ser de obligado cumplimiento, como el cierre de las redes de las porterías que comprueban los árbitros o la prohibición de entrar con objetos punzantes a los estadios. Y, por supuesto, mucho más importante que aspectos sancionables en el reglamento como si tienes la camiseta por dentro de las calzonas o si celebras un gol quitándote la camiseta. Pero, claro, lo del césped es más costoso y 'viste' menos.